Asociamos productividad con pasar muchas horas escribiendo, o con cumplir con cuotas altísimas de escritura.
Lo cierto es que la productividad tiene que ver en realidad con hacer bien lo que tenemos que hacer: hacerlo en el momento preciso, cuidar la calidad más que la cantidad y que nuestras tareas no consuman todo nuestro tiempo.
Porque, y de eso queremos hablar hoy, también necesitamos tiempo para descansar.
De hecho, si no descansas tu productividad se va a ver resentida más tarde o más temprano. Y con ella la calidad de tu trabajo. Puede que escribas diez mil palabras, pero probablemente tengas que borrar gran parte de esa cantidad. Puede que trabajes en tu plan de marketing, pero sin la claridad mental para tomar buenas decisiones que te den buenos resultados.
Así que ya lo sabes, descansar es bueno para aumentar la productividad.
Conviene que hagas varios descansos cortos mientras trabajas, que procures desconectar por completo durante las últimas horas del día y que, periódicamente, programes descansos largos: unas vacaciones (aunque sean cortas) para romper con la rutina.
Descansos cortos
En tu rutina de trabajo diaria tienes que programar varios descansos cortos que te permitan desconectar brevemente.
¿Por qué necesitas pequeños descansos?
Sencillamente porque tu cerebro los necesita.
El tiempo que el cerebro puede permanecer concentrado oscila entre noventa y ciento veinte minutos. A partir de ahí el cansancio aumenta, la concentración baja y la productividad disminuye. Es más probable que cometas errores y, en general, la calidad de tu trabajo va a verse mermada.
Lo ideal entonces es que trabajes durante hora y media intercalando durante ese tiempo pequeños descansos, aproximadamente de cinco minutos; y, transcurridos esos noventa minutos, hagas un descanso más largo: de diez a quince minutos.
Esta táctica todavía resultará más beneficiosa si aprovechas para cambiar de actividad tras el descanso largo.
Por ejemplo, puedes tener una sesión de escritura de noventa minutos, con un par de descansos de cinco minutos cada media hora. Después descansar durante un cuarto de hora y entonces cambiar de tarea y dedicar otra hora y media, con sus preceptivos descansos, a trabajar en tu web de escritor.
Tal vez te funcione la técnica Pomodoro, que propone dividir tus sesiones de trabajo en periodos de veinticinco minutos con descansos de cinco minutos entre ellas.
Ojo, las interrupciones no cuentan como descansos. Lo mejor es que procures erradicar las interrupciones para mejorar tu productividad: pon el móvil en modo avión, cierra el correo y pide a tu familia que respete tu tiempo de trabajo.
¿Qué puedes hacer en los descansos de cinco minutos?
- Revisar las redes sociales. Para bien o para mal las redes sociales nos hacen olvidarnos de todo y desconectar. Pero recuerda que tienes que dejarlo a los cinco minutos.
- Hidratarte. Bebe agua o alguna infusión. Evita las bebidas excitantes como el café.
- Descansa la vista. Los escritores pasáis gran parte de vuestro tiempo con la mirada fija en una pantalla. Así los músculos de los ojos que enfocan la vista de cerca se fatigan. Aprovecha tus descansos para fijar la vista en la lejanía, mirando por la ventana, por ejemplo.
- Haz ejercicios de estiramiento. De igual manera, los escritores pasáis largos ratos sentados y los músculos de la espalda se resienten. Puedes emplear cinco minutos en hacer ejercicios como estos.
En los descansos de quince minutos puedes aprovechar para:
- Comer algo. El de escritor es un trabajo eminentemente intelectual, pero tu cerebro también necesita combustible, así que aliméntalo. Procura tomar alimentos saludables, como fruta o un puñado de frutos secos.
- Caminar. Sal a dar un paso corto. Una vuelta a la manzana y estarás listo para continuar.
Implantando esta rutina de descansos vas a ver dispararse tu productividad, porque tu cerebro estará en mejor disposición para centrarse al cien por cien en la tarea que te ocupe.
Desconectar
Hemos hablado de incorporar pequeños descansos a lo largo de tus sesiones de trabajo.
Pero, además, necesitas desconectar.
Es común que los escritores compatibilicéis vuestra carrera de escritor con un trabajo o con los estudios. Eso os deja poco tiempo para descansar de verdad y desconectar.
Sin embargo, es imprescindible que lo hagas.
De nuevo, desconectar es una manera de aumentar la productividad. Es la manera de volver al día siguiente fresco y descansado y poder rendir al máximo en todo cuanto hagas.
Tu cerebro necesita descansar, y para ello es preciso que te olvides del trabajo y de las obligaciones. Cierra el portátil y olvídate durante unas horas de los detalles del argumento de tu novela o de la preparación del próximo lanzamiento de tu libro.
A veces, hacer alguna actividad física o alguna actividad rutinaria nos permite «apagar» el cerebro. Prueba a salir a caminar o a hacer ejercicio. Si tus días son muy intensos y tus obligaciones no tienen fin, puedes aprovechar para hacer recados o alguna tarea doméstica ligera.
Pero cuidado, tu cuerpo, como tu mente, también necesita descanso. No esperes a estar agotado, para antes y no consumas todas tus energías.
Reserva las últimas horas del día para descansar y desconectar. Siéntate a charlar o a leer. Date una ducha relajante. Escucha música tranquila y vete a la cama temprano.
Tal vez creas que desaprovechar parte de tu día destinándolo a tiempo de ocio te va a hacer perder el tiempo. Que sería mejor aprovechar esas horas en escribir, responder correos o preparar contenidos para tu web.
Nada más lejos de la realidad.
Desconectar y descansar bien hace que al día siguiente vuelvas a la tarea con las energías cargadas y puedas emplear toda la potencia de tu cerebro en centrarte al cien por cien en las tareas que tengas previstas para ese día.
Descansos largos
Periódicamente programa descansos largos. Unos días de descanso total en los que además, si es posible, rompas con la rutina.
Esos periodos de desconexión no solo son buenos para tu productividad, también son buenos para tu creatividad.
Todo el mundo necesita periodos de descanso, pero la gente creativa, como los escritores, especialmente.
Aunque no lo creas, mientras descansas y haces otras cosas, tu cerebro sigue trabajando de manera inconsciente. Y es ahí, cuando no estás pensando en tu nuevo libro, cuando se te ocurre una idea genial.
Nuevos argumentos, soluciones a problemas con la trama, el final perfecto para un personaje e incluso la portada ideal para tu libro, todo eso se te puede venir a la mente como un fogonazo justo cuando pareciera que tienes la cabeza en otro sitio.
Una vez al trimestre, reserva unos días para no hacer nada. Con un fin de semana puede ser suficiente. Si es posible, vete a algún sitio, aunque sea al pueblo. Cambiar de entorno resulta muy estimulante y es ideal para no caer en la tentación de seguir con la rutina.
Si por tus obligaciones esto te resulta complicado, procura al menos despejar lo máximo posible unos días de tu agenda y planifica en cambio actividades que no suelas hacer y esas otras que te encantan.
Puedes ir a un museo o al teatro y luego ir a comer a tu restaurante favorito. Quedar con tus amigos o hacer alguna actividad divertida en familia. También puedes ir a visitar algún espacio natural cercano al lugar donde vives, el contacto con la naturaleza siempre es vivificante.
Vivimos en una sociedad muy exigente donde sentirse cansado se toma por una muestra de debilidad y descansar parece pecado.
Sin embargo, cada vez más estudios apuntan a la necesidad de descansar durante la jornada de trabajo, de desconectar de nuestras obligaciones cada día y de tener un tiempo de ocio de calidad precisamente como método para ser más productivos y más felices.
Permítete descansar. Afloja un poco y no te sientas culpable por quedarte tumbado en el sofá escuchando música, sentarte en la terraza de un bar a conversar con tus amigos o jugar con tus hijos. No olvides que tu cerebro sigue trabajando para ti en un segundo plano. Y que vas a volver a la tarea con más energía y más foco.
En Sinjania.com nos disponemos a aplicar nuestro consejo y durante unas semanas no publicaremos nuevos artículos en el blog. Volveremos con las pilas cargadas y muchas cosas nuevas a finales de agosto.
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Artículo interesante. Precisamente ahora me encuentro agotado por estar todo el día trabajando en el ordenador. NECESITO DESCANSAR Y RELAJARME
Excelente lo que acabo de leer con respecto del descanso. Muchas gracias, y seguro que lo pondré en práctica. Deseo para ustedes unas vacaciones de maravilla. ¡ Hasta pronto!
Gracias, Marlene.
Consejos que valen oro. Estoy altamente agradecido, desde hoy en adelante me dedicaré a buscar tiempo para descansar más. Felices vacaciones. ¡Estaremos esperándolos!
Mil gracias, Ray. Hasta la vuelta.