Cinco ladrones de tiempo del escritor y cómo combatirlos

Una de las quejas más frecuentes entre los escritores es que os falta el tiempo.

Os falta el tiempo para escribir, para trabajar en vuestra plataforma de escritor y en vuestro plan de marketing. Os falta tiempo para leer y para formaros.

Sin duda es cierto. Desarrollar una carrera de escritor consume mucho tiempo. Y no olvidemos que la mayoría compagináis esa carrera con el trabajo o los estudios y la vida familiar.

Pero, a pesar de eso, lo cierto es que lo más seguro es que dispongas de más tiempo del que crees. Por desgracia, es terriblemente usual gestionar mal el tiempo y, entre otras cosas, ser víctima, involuntaria e inconsciente, de los ladrones de tiempo.

Los ladrones de tiempo del escritor

Llamamos ladrones de tiempo a todas aquellas actividades que ocupan tu precioso tiempo sin dar como fruto un resultado efectivo. Son las tareas que te ocupan, pero que no hacen que te acerques a tus objetivos.

Hay ladrones de tiempo evidentes, que todos podríamos señalar si nos preguntasen: la tele, internet, el móvil… Pero hay otros que no muestran su cara de manera tan evidente y que son todavía más peligrosos que los anteriores.

En cualquier caso, unos y otros son consecuencia de una carencia muy habitual: no haber trabajado tus objetivos.

Al final, cuando hablamos de obtener resultados (ya sea en productividad o en marketing) siempre topamos con ellos: los objetivos.

Si no tienes objetivos, simplemente no tienes una meta y tampoco podrás trazarte un camino para llegar a ella. Así, el tiempo pasa sin pena ni gloria porque, sencillamente, no hay nada que quieras alcanzar.

Pero por lo general las personas siempre tenemos objetivos. Lo que sucede es que son vagos e imprecisos. Quieres «ser escritor» o «terminar la novela» o «llegar a más lectores». Pero de una manera abstracta.

Para que sean útiles, los objetivos tienen que ser precisos y estar bien planteados. Y tienen que venir acompañados de un plan de acción concreto que te ayude a alcanzarlos. ¿Para cuándo quieres tener terminada tu novela? ¿Y qué vas a hacer para lograrlo?

Los dos escenarios de los ladrones de tiempo

En general, los ladrones de tiempo del escritor construyen dos escenarios.

Uno en el que te pasas el día haciendo cosas, atareadísimo y sin un minuto de respiro. Pero en el que al llegar la noche sientes que, en realidad, no has hecho nada de lo que deberías haber hecho. No te sientes ni un paso más cerca de cumplir tus objetivos.

Esto es consecuencia de una mala planificación. Tal como acabamos de decir, tienes que trabajar en clarificar tus objetivos para después discernir la serie de acciones concretas que te llevarán a ellos. Justo tal como aprenderás a hacer en el curso Cómo ser un escritor más productivo.

Con esas acciones claras, se trata de que ocupes tu tiempo en hacerlas. Solo así al terminar el día sentirás que has avanzado hacia tus metas.

En el segundo escenario los días acaban sin que hayas hecho nada de nada.

En este escenario sabes muy bien que has estado perdiendo el tiempo, pero no tienes la fuerza de voluntad para cambiar la tónica de tus días, que se van entre ver la tele (o series en Netflix, es lo mismo), charlar por WhatsApp o tomarte unas cervecitas con los amigos.

Ojo, que ver series, charlar y tomar cervezas no son cosas malas. De hecho, el descanso y el tiempo de ocio son indispensables para tener un buen rendimiento que te haga productivo. Pero no debe ocupar la mayor parte de tu tiempo.

Por lo general, esta pérdida de tiempo consciente tiene que ver con la procrastinación (y todo lo que ella esconde). Hablamos de cómo y por qué procrastinas en este vídeo, no te lo pierdas.

Pero la pérdida de tiempo consciente también puede relacionarse con la motivación. A lo mejor no estás lo suficientemente motivado para escribir y para trabajar en tu carrera de escritor. A lo mejor no es eso lo que quieres hacer y por eso, sencillamente, no lo haces. También hemos hablado ya sobre la motivación. Puedes leer el artículo aquí.

Cinco ladrones de tiempo del escritor

Vistos ya los orígenes de los astutos ladrones de tiempo vamos a identificar y poner nombre a algunos de ellos.

1. Televisión e internet

En todas sus formas: tele de toda la vida o plataformas de pago; internet en el PC, la tableta o el móvil…, para leer blogs, usar las redes sociales o wasapear con tu familia y amigos.

¿Cuánto tiempo pierdes al día en ello?

¿No lo sabes? Pues haz el siguiente ejercicio: durante todo un día, desde que te despiertes hasta que te duermas, pon el cronómetro de tu móvil a contar cada vez que te dediques a una de estas actividades. Luego suma el total. Te vas a llevar una sorpresa.

Ahora piensa en el resultado de haber dedicado todo ese tiempo a una actividad que de verdad te acerque a tus objetivos. ¿Cuántas palabras hubieras escrito de tu novela? ¿No te habría dado tiempo a escribir un nuevo post para tu blog de escritor?

2. Blogs para escritores

Sacamos este ladrón de tiempo del grupo anterior, en el que ya se incluía internet, porque es muy característico.

Seguro que nunca has pensado que leer blogs para escritores es en realidad un ladrón de tiempo. Por el contrario, ese tiempo es tiempo dedicado a tu formación, así que es una manera estupenda de acercarte a tus objetivos.

Sí y no.

Desde luego, para ser escritor hay que formarse y hay que estar al día tanto de técnicas literarias como de la forma de montar un blog en WordPress. El problema es que por lo general se dedica más tiempo a leer que a implementar.

Has aprendido ya un montón de técnicas y recursos para escribir mejor. Pero en lugar de ponerte a escribir para aplicarlos, practicar y mejorar, sigues leyendo más y más técnicas y recursos. Así no vas a ninguna parte.

Elige tan solo algunos blogs, los que te parezcan más interesantes (esperamos estar entre ellos), y habrás despejado muchos minutos para dedicar a tu trabajo de escritor.

Y si necesitas formarte en algún ámbito, es más efectivo hacer un curso. Si puedes hacerlo, merece la pena invertir dinero (lo que cueste el curso) que no tiempo (el que emplearás en localizar información y conocimientos por tu cuenta).

3. Urgencias

Las urgencias y emergencias son uno de los más frecuentes ladrones de tiempo.

Si sientes que has dedicado tu día a hacer tareas urgentes que ya no podían esperar más, es que estás empleando muy mal tu tiempo.

Tener una buena organización evita que dejes todo para el último momento, así ya no habrá tareas urgentes que te lleven con la lengua fuera y que te quiten un tiempo que podrías estar empleando en desarrollar tu carrera de escritor.

Pero cuidado, porque las urgencias muchas veces son consecuencia de aplazar tareas. Esas actividades que no te gustan y que dejas para más adelante acaban por caerte encima de la peor manera. Hazlas lo antes posible para que no se conviertan en una tarea urgente que te robe tiempo.

4. Multitarea

Los ordenadores son multitarea. El cerebro humano, no.

Existe una creencia generalizada de que hacer varias cosas al tiempo nos hace ser más productivos. Por desgracia no es así.

Se avanza más rápido y se trabaja de manera más eficiente cuando enfocamos toda nuestra atención en la tarea que tenemos entre manos.

Si eres de los que tienes el correo abierto mientras escribes, o preparas el próximo contenido de tu blog al tiempo que monitorizas tus redes sociales, te estás equivocando. Ataca cada actividad por separado, céntrate en ella hasta que la acabes y luego pasa a la siguiente.

Los expertos señalan que se pierden entre seis y nueve minutos cada vez que saltas de una actividad a otra. Ese es el tiempo que tarda el cerebro en llegar de nuevo a su máximo rendimiento.

Si quieres aumentar la productividad, mejor ¡acaba lo que empiezas!

5. Improvisación

¿Tienes una agenda diaria de cosas que hacer? ¿Están incluidas en ella las tareas que debes hacer cada día para llevar a buen puerto tus objetivos de escritor?

Si la respuesta es no, estás improvisando.

Excepto las obligaciones fijas de tu horario (el trabajo o las clases o una reunión en el colegio de tu hijo), el resto de tu día es pura improvisación. Lo llenarás con las pequeñas tareas indispensables: la compra, la casa, etc.; con urgencias varias, si eres de los que lo deja todo para el último momento; y con tiempo de ocio. No habrá lugar para la escritura ni para todo lo que ella lleva aparejado.

Otra posibilidad es que sí tengas un horario en el que hayas planificado cada día al dedillo. Pero que te hayas olvidado de reservar en él tiempo para la escritura. Puede que el síndrome del impostor en el escritor te lleve a pensar que, como no eres un escritor de verdad, es absurdo dejar espacio para la escritura en tus rutinas diarias.

En ese caso, cuando ya has cumplido con todas tus obligaciones diarias, empleas el tiempo que te queda libre en trabajar en tu carrera de escritor.

Lo que pasa es que, como no has planificado ese tiempo previamente, improvisas. Trabajas sin un plan previo y sin criterio.

Y la improvisación nunca da buenos resultados. No es un método efectivo para llegar a tus objetivos.

Aquí te damos algunos consejos para planificar tus sesiones de escritura.

Ejercicio práctico para neutralizar a los ladrones de tiempo

Te hemos presentado algunos ladrones de tiempo del escritor. Pero lo que tú necesitas es un método para librarte de ellos.

Lo primero que tienes que hacer para neutralizar a los ladrones de tiempo es identificar tus objetivos y establecer qué acciones tienes que llevar a cabo para llegar a ellos.

Una vez que tengas claro lo que deberías hacer para alcanzar tus metas, llega el momento de identificar a tus ladrones de tiempo.

Te hemos señalado cinco. Son los cinco más comunes según nuestra experiencia de diez años trabajando con escritores. Pero tal vez los tuyos sean otros.

Para identificar los que te frenan a ti, te proponemos otro ejercicio.

Durante al menos un día, desde que te despiertes hasta que te duermas, anota cada actividad que hagas y el tiempo que le dedicas.

Decimos desde que te despiertes hasta que te duermas porque puede que seas de los que, en la cama, también hace cosas: lee, consulta el correo, ve la televisión… Y esas actividades deben constar en tu lista.

Si quieres ser exhaustivo puedes hacer este ejercicio durante varios días, lo que te permitirá detectar patrones y actividades recurrentes.

Después solo tienes que consultar la lista que has elaborado e identificar aquellas actividades en las que empleas tu tiempo, pero que no te acercan a tus objetivos. Esos son tus ladrones de tiempo.

Luego, sustituye a esos malvados ladrones de tiempo por tareas y acciones que sí te conducen a tu meta.

Sé consciente de que ahí entran en juego tu organización, tu disciplina, tus hábitos, tu compromiso y tu motivación. Trabájalos día a día.

Sobre todas estas cosas hablamos a los miembros de nuestra comunidad de escritores. Deja abajo tu nombre y tu correo para unirte hoy a ella y todas las semanas te enviaremos nuevos contenidos que refuercen tu compromiso con la escritura, te ayuden a desarrollar tu carrera y te hagan ser más productivo.

5 COMENTARIOS


Otros artículos:

    • Hola, Sabat:

      Eso suena más bien a procrastinación: como la hoja en blanco te paraliza, te buscas excusas para no empezar.

      Aquí hablamos de las razones por las que los escritores suelen procrastinar: https://www.sinjania.com/como-dejar-de-procrastinar/

      Tienes que ver qué hay detrás de esa sensación de parálisis. Probablemente tenga que ver con no hacer el trabajo previo antes de empezar la fase de escritura.

      En el curso Cómo ser un escritor más productivo dedicamos todo un tema completa a hablar sobre la procrastinación y dar las pautas para superarla.

      Saludos.

  • Tal cual. Padezco todos estos puntos más el síndrome del impostor… no me falta nada. En realidad creo que ese es el principal problema, no creer en mi como escritora hace que procrastine cada tarea.
    Gracias por tanta claridad. Un abrazo!

    • Hola, Alicia:

      Ahora ya tienes identificado al enemigo, así que toca neutralizarlo.

      Empieza a trabajar en tu mentalidad, para que ese síndrome del impostor deje de molestar. Y, paralelamente, organiza mejor tu tiempo para trabajar más en tu escritura.

      Una cosa se alimenta de la otra. Porque trabajar más en la escritura es una manera de acallar a nuestro Pepito Grillo. Cada día de trabajo, cada texto terminado, cada cosa aprendida son una razón para decirle a tu crítico interno: «¿Ves como sí soy escritora?. ¿Ves como si puedo?».

      En el curso Cómo ser un escritor más productivo aprenderás a mantenerte enfocada y centrada para darle a la escritura el lugar que merece en tu vida y así superar de una vez el síndrome del impostor.

      Mucho ánimo.

      Un saludo.

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