Hace poco uno de nuestros alumnos nos escribió para hacernos una consulta. Nos explicaba que, en los últimos tiempos, se había propuesto escribir todos los días, y lo estaba haciendo; pero le preocupaba la idea de que, al escribir a diario, la calidad de su trabajo pudiera resentirse debido a que escribir se convertía así en una rutina en la que ya no había necesariamente motivación o inspiración.
No es la primera vez que nos topamos con esta preocupación. Y es que parece lógico suponer que la escritura, que es una tarea creativa, pueda resentirse si se convierte en una rutina, en una más de las imposiciones diarias. ¿Puede el escritor estar todos los días en disposición de crear?, ¿puede visitarle todos los días la inspiración?, ¿es posible escribir todos los días sin que la calidad se resienta?… A fin de cuentas, no todos los días se puede «estar en vena».
Por qué se cree que escribir a diario perjudica la escritura
No hay duda de que esta preocupación que atribula a muchos autores tiene cierta lógica. Por una parte, hunde sus raíces en la mística del escritor. Y la mística del escritor es persistente, en Sinjania llevamos ya casi quince años luchando contra ella. La mística habla de raptos de inspiración, de obras que se escriben casi solas y en las que el escritor parece no hacer ningún esfuerzo consciente, sino únicamente ser una especie de médium o canal por el que la obra se manifiesta. Desde esa perspectiva «mística», parece evidente que no todos los días se puede dar la felicidad de que las musas visiten al escritor; y todavía muchos creen que si no hay musas, no hay arte.
Por otra parte, la mayoría de las personas aborrecen todo lo que sea rutina y obligación. Ya bastantes deberes e imposiciones se tienen en la vida para convertir la escritura en uno más. La escritura debería ser una actividad placentera, un momento que el autor se regala para su disfrute. Si se calendariza y se programa, ¿dónde queda la diversión, dónde la frescura y la espontaneidad?
Pero lo cierto es que la escritura no funciona exactamente así. Desde luego hay momentos de inspiración, esos que Proust llamaba «momentos privilegiados» (y a los que ya hemos dedicado un artículo); momentos en que la escritura fluye casi mágicamente. También la creatividad importa, y el disfrutar mientras se escribe. Pero solo con esos mimbres no se tejen buenas obras.
Si quieres llegar a ser un buen escritor, si aspiras a mejorar en tu arte, a desarrollar un estilo propio y a que el conjunto de tu producción literaria sea coherente e interesante, debes alejarte de la mística y concebir la escritura como una tarea que va más allá de ser un pasatiempo o un divertimento. Una tarea que debe ocupar un espacio en tu rutina diaria, a la que debes aplicarte con constancia y consciencia, y que no puede estar sujeta a tener más o menos ganas de escribir ni depender de la inconstante inspiración (tal como esta se suele entender).
Escribir a diario
Esta larga, pero necesaria, introducción sirve de preámbulo a la idea de que escribir a diario no solo no va a perjudicar tu obra, sino que por el contrario la va a beneficiar de forma clara. No temas perder frescura, originalidad o espontaneidad.
Si lo piensas, lo atractivo de la inspiración es esa idea de que la escritura fluya, de que las palabras y las frases broten como por sí solas, sin esfuerzo aparente. Es decir, justamente la forma en que el trabajo fluye cuando tenemos práctica en hacerlo.
Cuando escribes todos los días adquieres una mayor destreza y eso hace que «salga más fácil», exactamente igual que sucede con cualquier otro oficio o arte. Un panadero hace mejor pan cuando tiene la experiencia de hacerlo a diario durante muchos días, un pianista toca mejor si practica a diario durante años. Parece que solo los escritores (algunos) tengan la idea de que pueden progresar en su arte y oficio dedicándose a él de manera esporádica, cuando están motivados o inspirados.
Escribir a diario permite además tener una conexión más estable con la historia en la que se trabaja. Cuando escribes todos los días, tienes la historia fresca en tu memoria porque todavía has estado trabajando en ella el día anterior. Y eso también facilita que el trabajo fluya.
Puedes usar la técnica de las escenas inconclusas que usaban Hemingway o Juan Rulfo, y dejar el trabajo cada día en un momento en el que sabes por dónde vas a continuarlo al día siguiente. Así en la siguiente sesión de escritura solo tienes que retomarlo en ese punto y proseguir, lo que hará que te resulte más sencillo.
Esa mayor conexión con la historia también da lugar a obras más consistentes, en las que es más difícil que se cuelen lagunas argumentales o el equivalente literario a los fallos de rácord.
Por otro lado, aunque la búsqueda de la calidad literaria es algo que honra a todo escritor, no hay que perder de vista cómo se llega a ella. Hay que tener presente que una obra no sale perfecta a la primera. Su calidad se consigue a fuerza de trabajar sucesivamente sobre el texto, revisando, reescribiendo, mejorando… De modo que tal vez las palabras que escribas hoy no sean las mejores que has escrito en tu vida, quizá esa escena no te ha quedado todo lo redonda que te gustaría o ese diálogo resulta un tanto repetitivo, pero seguirás trabajando en cada una de esas partes hasta que sean todo lo perfectas que pueden ser, hasta que alcancen esa calidad que buscas.
No debe preocuparte si tu trabajo de cada día no es perfecto, lo que importa es la calidad final de la obra. Date tiempo para refinarla, para mejorarla. Y ten paciencia para hacerlo.
En cualquier caso, al escribir a diario la calidad de tu escritura y tu destreza para manejar los recursos y las técnicas del escritor mejorará mucho. Esas son las herramientas de tu oficio y, como cualquier herramienta, se manejan mejor cuanto más se usan.
Escribir a diario es, por tanto, altamente recomendable. Pero, en lo posible, conviene hacer sesiones de escritura largas y continuadas. Al parecer el cerebro tarda veintitrés minutos (y 15 segundos) en concentrarse por completo en una tarea. Y es justamente cuando estamos concentrados cuando trabajamos bien.
Por eso a los escritores debería preocuparles más la concentración que la inspiración.
Esto significa que si solo puedes dedicar una hora al día a escribir, durante casi la mitad de ese tiempo no vas a estar concentrado al cien por cien. Tu cerebro no habrá entrado por completo en ese modo que permite dedicarse a una tarea con atención plena y que tan buenos frutos da, especialmente cuando se trata de escribir.
Por eso, siempre que sea posible conviene hacer sesiones de escritura largas. Aunque los beneficios de escribir a diario son innegables, si tus sesiones van a ser cortas quizá sea mejor que las programes en días alternos o cada par de días, para tratar de concentrar el tiempo del que dispongas en una sola sesión. Es decir, en lugar de escribir todos los días media hora, organiza tu tiempo para escribir cada tres días durante noventa minutos.
No obstante, es casi seguro que si detectas tus ladrones de tiempo (ay, las redes sociales) y aprendes a neutralizarlos, podrás rescatar al menos una horita para escribir todos los días.
Propóntelo, hazlo durante un mes y juzga los resultados. Hazlo durante medio año y valora cómo ha mejorado tu escritura (siempre que practiques una escritura consciente).
En cualquier caso, no permitas que falsas creencias sobre la inspiración y las musas te impidan ser el escritor que puedes ser.
Ahora es tu turno: ¿escribes a diario o no?, ¿cómo programas tus sesiones de escritura, con qué frecuencia y de qué duración?, ¿qué es lo que mejor te funciona a ti para entrar en ese modo de concentración en el que la escritura fluye?
[…] recomiendan en Sinjania Formación para Escritores, Lo recomiendan en Literup, lo recomienda Gabriella Literaria y lo recomiendan la casi totalidad […]
Excelente articulo, soy fan de sinjania, sigo siempre los articulos aunque no siempre puedo dedicarles el tiempo que me gustaria. Quisiera decir respecto al articulo que coincido plenamente en que escribir a diario beneficia la escritura (y te beneficia como persona y en cualquier oficio). Yo estoy por recibirme de Realizador Audiovisual aunque tambien recorri otras carreras como filosofia y ciencia politica, mi interes se centra en escribir y dirigir pero tambien me empezo a interesar escribir ficcion literaria, puedo decir que empece a leer ficcion tarde, entre en la lectura por la filosofia (textos muy rigidos) y a escribir literariamente quizas realmente aun no lo hice (lo hice guionisticamente), pero me ablande a un lenguaje mas comun a partir de la critica cinematografica que tanto me interesa, o mejor aun a las reviews de peliculas, tambien escribo seguido unos cuadernos o diarios donde vuelco mis experiencias personales del dia o a veces resumiendo el tiempo en que no escribi. Creo que vale escribir sobre todo, incluso traducir idiomas tambien, todo lo que sea practicar las escritura desde cualquier disciplina es como bien dicen ejercitar, aunque no estemos escribiendo nada que salga a la venta de inmediato yo creo que es mejor, porque permite descubir todas las virtudes que tiene el hecho de escribir, conectar ideas, descubrir nuevos textos o formas de narrar, incluso interesarse mas en esas cosas que no son escribir pero son las que nos motivan y son la fuente de inspiracion. Recomiendo ver algun video de los cursos del escritor Shaun Levin que brevemente cuenta tecnicas de escritura que podes hacer cualquier dia en tu escritorio.Saludos a la comunidad!Juan
En un primer momento entendí «Por qué escribir en un diario beneficia tu escritura», curioso, por demás. A propósito de esto, exponer las emociones, sentimientos, deseos, frustraciones, tristezas, interpretaciones, pensamientos y demás elementos que navegan conmigo en el diario me ha permitido entender o acercarme más a entender qué sucede y que me sucede; ahí, logró concentrarme en esa sensación de escribir y ¡Reluce un poema! A su vez, amén a la complementariedad, a veces me suele suceder a la inversa como si mi mente estuviera cerrada y yo tratando de tocar la puerta cuando tengo las llaves {mi poesía}…
Ahora, en cuanto a la intención principal del artículo, que por demás me agrada muchisímo y me entusiasma la continuidad de esta actividad conjunta {gracias}, creo que el gusto que tengo por la escritura es lo suficientemente magno como para limitarlo a mi interés o ánimo; pues bien, éste no siempre esta y tratar de esforzarme a hacer algo que me gusta, aunque pareciera incompatible, es justo lo que me ha ayudado más a desarrollar mis estilos y a querer continuar… Claro, no siempre he de hacerlo porque es natural estar cansada y querer dejar de hacer una actividad {no siempre hay que beber agua ni en todas las cantidades} y, precisamente, el hacerlo diario no implica exaltarlo, pero si, mantenerlo…
G r a c i a s
Me siento espantada y perpleja. Desde el año 2019 acá, escribí sin cesar. En total cinco novelas, una de ellas publicada. Pero es ahora que no despego con la escritura y algo me aterra. A ratos pienso que se halla esfumado la magia y me agobio. Empecé una pero después de casi diez páginas, no se que pueda suceder , no tengo ni se me ocurre trama ni argumento. Nada más empezar la novela se me ocurrió matar al protagonista y¡claro!, no se porque murió. Ir a la deriva es más complicado y dificultoso, aunque escribí algunas de forma brújula, reconozco que mejor es planificar para que salga todo del tirón.
La lectura nunca la abandono, estoy leyendo bastante con disfrute y dedicación.¿Volveré a escribir sin remedio y disfrutar como antaño?
Seguro que sí, Malena: volverás a escribir y a disfrutar haciéndolo.
Las épocas de sequía y bloqueo son normales (aunque difíciles de asumir, es cierto). Forman parte de la vida de la escritora. No obstante, trata de reflexionar sobre qué se oculta detrás de ese bloqueo, puede que, como dices, necesites previamente prensar y planificar bien la obra; puede que ese argumento no te llame del todo la atención; pueden también estar influyendo aspectos «internos», como inseguridades o miedos… Analiza la causa y así darás con la solución.
Un abrazo y mucho ánimo.
Concuerdo que escribir todos los días mejora la costumbre y, además, mejora el oficio. Sin embargo, no sé si escribir todos los días sea lo esencial, sino el dedicarse a crear todos los días. Para mí, la escritura es solo uno de los procesos de armar una historia. Está también el armar las tramas, los personajes, algún ensayo sobre el tema y toda la investigación; y, por otra parte, las correcciones. No se trata de poner las palabras en el papel, sino de dedicar todos los días un tiempo considerable al hecho de contar la historia.
Totalmente de acuerto, Aarón. Escribir no es solo escribir, poner palabras en un papel o en un documento de texto; también hay que planificar la historia, documentarse cuando sea necesario y revisar y corregir. Hemos hablado de todo ese proceso en otro artículo: https://www.sinjania.com/claves-proceso-de-escritura/
Saludos.
Estaba procurando escribir media hora al día, pero voy a seguir su recomendación de hacerlo mejor hora y media cada tres días. Muchas gracias.
Me gusta este tip porque me ha hecho reaccionar. Lo he leído el día de su publicación pero hasta ahora no he podido contestar.
Me declaro un amante de la mística y me acojo a ella cuando necesito inspiración para escribir y crear un relato pero me habéis echado un jarro de agua fría cuando habéis dicho que nos alejemos de ella para escribir. Es verdad que no tengo integrado la rutina de escribir todos los dias, quizás porque lo concibo como un hobby que me hace fluir y conectar en lo que realmente soy y escribo solo cuando siento la necesidad de escribir. Estoy de acuerdo y lo creo también que cuanto más se escriba mejor se hará, como todo en la vida, cuestión d práctica. Creo además que en mi caso la creatividad me viene cuando estoy inspirado; es un momento mágico en que se suelta la mano totalmente libre y como decís, las frases brotan como por si solas. Me encanta. luego por supuesto tengo que revisarlo.
De todas formas aspiro a escribir mejor y ojalá algún día sea capaz de escribir un libro. Seguiré vuestras recomendaciones y trataré de escribir cada vez un poco más. De momento estoy con la escritura creativa de la mano de mi maestra Carmen, de la que intento seguir sus sabios consejos.
Muchas gracias.
Jesus
Para mí es casi imposible compatibilizar el trabajo con la escritura. Por suerte (desde el punto de vista del tiempo libre) he terminado la temporada de trabajo en la hostelería estacional, y he retomado la escritura de mi novela comenzada el año pasado. Ahora sí escribo a diario por las mañanas durante unas tres o cuatro horas. Para entrar en materia y concentrarme con más facilidad en la tarea, pongo música clásica de fondo a bajo volumen.
Amo cada vez más cada tips que envían. Me sirve de mucho para este inicio de mi vida. Otro universo que explotar y se hace placentero. El mundo de las letras es mágico y nutritivo. Gracias por ser parte de esta población en todo el proceso inicial de entrada al mundo literario. Bendiciones.
Gracias por leernos, Sujenis. Nos sentimos felices de formar parte de tu universo literario. Un abrazo.
No veo incompatible rutina con frescura. Todo lo contrario. Si por frecura entendemos una escritura fluida y la capacidad de aportar un enfoque o un contenido original, ambas cosas no vienen del mana, sino que son el resultado de un esfuerzo constante y continuado y tambien de las correcciones que obligan a releer el texto una y otra vez
Totalmente de acuerdo, Belén. No se puede expresar mejor de como tú lo has hecho. Abrazos.
Muy buen artículo. Quedo muy motivado por intentarlo, si no a diario, por lo menos tres veces a la semana. Considero en mi caso son más los ladrones de tiempo los que afectan mi disponibilidad de escribir a diario.
Muchas gracias.
Genial, Pedro Pablo, a por ello. Y atención a esos ladrones de tiempo: identifícalos y al calabozo con ellos. Abrazos.