La semana pasada hablamos de NaNoWriMo, un desafío de escritura que todo autor debería aceptar al menos una vez en la vida.
Al hacerlo, mencionamos de pasada un dato cruel que merece ser tenido en cuenta: las medias arrojan que menos del 13 % de los participantes logra superar el desafío. (Lo hemos calculado según los datos publicados aquí).
En 2018 participaron 450.000 escritores, pero solo 53.000 (el 11 %) lograron culminar el reto.
Sin duda puede haber muchas personas que se inscriban en el desafío sin tener la intención real de participar: solo quieren curiosear un rato y puede que incluso fantaseen con la idea de lanzarse a escribir, pero realmente no van en serio. Probablemente esas personas alteran las estadísticas, haciendo que la tasa de vencedores efectivos disminuya.
Pero vamos a centrarnos en aquellos autores que sí quieren participar, están convencidos de ello y dispuestos a asumir la prueba. Estos escritores tienen una idea para un argumento o incluso tienen una obra en curso a la que desean dar un buen impulso. Escribir cincuenta mil palabras en treinta días puede suponer un primer borrador casi completo, listo para ser revisado (después de darle un conveniente tiempo de reposo); o puede significar haber dado un buen bocado a la fase de escritura, cuando se trata de novelas de mayor extensión.
Pero la realidad es que la inmensa mayoría de esos escritores no superará el reto, bien porque no alcance a escribir las cincuenta mil palabras preceptivas, bien porque abandone antes.
Las cifras parecen demostrar que son muchos los llamados, pero poco los elegidos. ¿A qué se debe esta situación? Vamos a analizar las causas por las que tantos escritores abandonan NaNoWriMo sin haber superado el reto, o perseveran hasta el final, pero no son capaces de culminar con éxito la prueba.
No valorar el tiempo
Aunque parece un reto de escritura, en el fondo NaNoWriMo es un reto de productividad: escribir cincuenta mil palabras en un mes, escribir una media de 1667 palabras por día.
No todos los escritores son iguales, y es muy arriesgado hablar de cifras, pero escribir casi dos mil palabras al día puede suponer de dos a tres horas de trabajo.
Eso implica que los participantes de NaNoWriMo deberían haber hecho antes de comenzar noviembre el esfuerzo de ajustar sus agendas para despejar esas dos o tres horas diarias que deberán dedicar a la escritura mientras dure el reto. Pero la mayoría no lo hacen.
Dos o tres horas son muchas horas, tiempo del que la mayoría de nosotros no dispone si no hace un esfuerzo consciente por encajar una nueva actividad tan intensiva en tiempo en su rutina diaria.
Eso implica reorganizar los horarios: mover tareas, cancelar citas, aplazar actividades, renunciar a cosas… Si no llegas al 1 de noviembre con la agenda despejada, es cuestión de días que acabes por renunciar.
La mayoría de los participantes de NaNoWriMo abandona durante la segunda semana, cuando comprueban que no pueden seguir el ritmo y que ya se han quedado demasiado descolgados para tener alguna esperanza razonable de culminar con éxito la prueba.
De modo que si pretendes cruzar la línea de meta lo primero que deberías hacer es organizar tu agenda, repensando tu rutina si es necesario. Durante este mes habrá cosas a las que tengas que renunciar: es probable que veas menos a tus amigos, que no puedas hacer maratones de series o que tengas que levantarte antes… Recuerda que el que algo quiere, algo le cuesta.
No planificar
Hemos dicho que NaNoWriMo es un reto de productividad y, sin embargo, no deja de ser un reto de escritura.
Hay que tener una enorme inocencia para pensar que para escribir una obra hay que, simplemente, ponerse a escribir. Sentarse ante el ordenador y dejar que la historia fluya y las palabras surjan.
El proceso creativo es mucho más complejo que todo eso. Pensar lo contrario es subestimar el trabajo que hace un escritor. Si solo se tratara de dejarse llevar cualquier persona podría escribir sin mayor esfuerzo una obra maestra. Pero la realidad es que escribir una novela no es sencillo, y escribir una buena novela es todavía más difícil.
De modo que si estás decidido a participar en la nueva edición de NaNoWriMo lo primero que deberías hacer es reflexionar un poco sobre la idea de tu novela, sobre la historia que quieres contar, y hacer algo de trabajo previo.
La fase de planificación es realmente importante dentro del proceso de escritura de una novela. Lo cierto es que requiere tener ciertos conocimientos previos sobre los elementos de la ficción y disponer de algo de tiempo para reflexionar sobre la historia y conocer su rostro. Un buen trabajo de planificación puede tomar meses, pero NaNoWriMo comienza en poco más de una semana, por eso vamos a darte algunas pinceladas para que desarrolles el tuyo. Tal vez si te decides a participar de nuevo el próximo año puedes comenzar a trabajar antes y desarrollar un plan previo meticuloso.
Antes del 1 de noviembre debes tener claro:
- La estructura. Divide tu historia en los tres segmentos clásicos de planteamiento, desarrollo y desenlace, detallando lo más posible qué sucederá en cada uno de ellos. Esta una estructura básica, pero infalible, y te va a ayudar a tener una imagen completa de la historia que quieres narrar.
- El personaje. No importa tanto su biografía como su psicología. Estudia su arco dramático para tomar nota de cómo se enfrentará a los acontecimientos de acuerdo a su carácter y de cómo estos le harán cambiar a su vez. No te enredes con detalles secundarios.
- El conflicto. Toda novela se desarrolla en torno a un conflicto. Asegúrate de que has identificado bien el de la tuya, porque a menudo en las Tutorías nos encontramos con novelas en las que se ha desarrollado un conflicto menor o secundario, mientras el principal quedaba sin exponer. Piensa también en cómo el conflicto afecta a los personajes y en cómo los obliga a cambiar.
- El narrador. En primera, en tercera o incluso en segunda persona. Omnisciente, testigo, no fiable, homodiegético… Hay muchas opciones, pero solo una es la que se ajusta a tu historia como anillo al dedo. Equivocarse con el narrador implica muchas horas de reescritura, así que elige bien el tuyo.
- El desenlace. Sucede con harta frecuencia que se comienza a escribir una novela sin tener ni idea de cómo se va a finalizar. Ingenuamente se cree que el final se aparecerá como una epifanía en algún momento mientras se escribe. Por desgracia no suele ser así. Y si no conoces el final, ¿cómo sabrás hacia dónde debes hacer avanzar la acción?
NaNoWriMo ya está ahí y la tentación de saltarse la planificación, aunque sea una planificación escueta, es muy fuerte. Sin embargo, la alta tasa de abandonos se debe en gran medida a que muchos participantes no conocen la historia y acaban perdiendo el hilo y la conexión con ella. Entonces llega el bloqueo y no hay manera de continuar.
Muchos wrimos (como se conoce coloquialmente a los participantes del reto) solo tienen claro cómo comienza su novela, de modo que son capaces de escribir el planteamiento, pero al no haber definido el conflicto, ni la evolución de sus personajes, llegados al desarrollo no saben cómo proseguir. La trama se desdibuja y el abandono es inevitable. De hecho, una cantidad significativa de escritores descubren que son escritores de mapa gracias a NaNoWriMo.
Subestimar el esfuerzo
Incluso aquellos participantes que han tenido en cuenta que necesitarán tiempo durante noviembre para poder cumplir la cuota diaria de 1667 palabras tienden a subestimar el esfuerzo que implica participar en NaNoWriMo.
Escribir durante treinta días consecutivos sin fallar es una tarea dura y pasado el primer tercio del mes el cansancio empieza a hacer mella. Tendrás que echar mano de toda tu motivación para resistir la inevitable fatiga, fruto del esfuerzo intelectual, de los últimos días del reto.
No solo tendrás que vencer el cansancio, también tendrás que luchar con esa tendencia generalizada a dejar las cosas para otro momento (ya sabes, «mañana me pongo al día»). Sí, nos referimos a la tan mentada procrastinación.
Por no mencionar las trampas de los pensamientos negativos y limitantes, las dudas, la desmotivación, los miedos y las distracciones. Durante treinta días tendrás que lidiar con los miedos e inseguridades que van a brotar a lo largo del mes: ¿esta historia es buena?, ¿tengo talento?, ¿merecen la pena tantos desvelos?
Ser demasiado perfeccionista
Otro motivo de abandono durante el NaNoWriMo se relaciona con el perfeccionismo.
Por las características del reto, los participantes deben escribir a una gran velocidad y eso implica que no disponen de mucho tiempo para sopesar el discurso o cuidar el lenguaje. De ahí la importancia de haber hecho algo de trabajo previo para al menos tener una base, un esqueleto estructural que recubrir después con palabras. Así podrás estar seguro de que el esqueleto aguantará el peso de las cincuenta mil palabras, aunque como es natural tendrás que hacer ajustes más tarde.
Pero si el esqueleto falla (o no hay esqueleto) y el apresuramiento propio del desafío hace que el revestimiento de párrafos, oraciones y palabras no sea especialmente brillante, aquellos de carácter perfeccionista se verán tentados de abandonar el empeño.
Si en algún momento del desafío relees algún capítulo puede que te sientas decepcionado. Y esa decepción resulta muy dura cuando el esfuerzo es tanto y tan continuado, porque te hará preguntarte si lo que estás haciendo merece la pena. Para los perfeccionistas a menudo la respuesta es un tajante no. Y el abandono se convierte en conclusión inevitable.
Hace tiempo dedicamos un artículo a explicar por qué el perfeccionismo no es una virtud, como se suele creer. Y es importante, no solo para participar en NaNoWriMo, sino también para desarrollar una carrera de escritor que te haga feliz, que aprendas a tolerar el error.
Nadie escribe una obra maestra a la primera. El resultado de NaNoWriMo es solo un primer borrador y como tal es perfectamente natural que tenga fallos. De hecho, dada la presión del desafío es normal que esos fallos sean mayores.
Si te decides a participar en los últimos días de octubre lo más probable es que no haya suficiente tiempo para que conozcas con suficiente detalle la historia, a tus personajes y sus conflictos. Y, obsesionado por alcanzar la cifra de palabras diarias, puede que la calidad del lenguaje se resienta.
Sé amable contigo mismo. Persevera y no te centres en los errores. Sigue adelante. Si es preciso, procura no leer lo que llevas escrito, simplemente continúa escribiendo, encadena una palabra con otra, enlaza una frase con la siguiente.
Cuando noviembre acabe y tú te encuentres entre ese heroico 13 % de escritores que han logrado superar el reto y no abandonar NaNoWriMo llegará el momento de revisar, corregir, pulimentar y mejorar. Y serás capaz de hacerlo. Confía en ti.
¿Has participado en alguna edición de NaNoWriMo y acabaste por abandonar? ¿Te impulsó a ello alguna de las razones que recogemos en este artículo?, ¿o tus motivos fueron otros?, si es así nos encantaría que los compartieras en los comentarios. Tu experiencia será valiosísima para otros escritores interesados en participar en NaNoWriMo.
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