Diez preguntas que se plantean los escritores

Como seguramente ya sabes, periódicamente preguntamos a los miembros de la comunidad por aquellos temas que más os interesan para así poder tratarlos en nuestros artículos. (¿Quieres ser miembro de nuestra comunidad? Nada más fácil: al pie de este artículo tienes un formulario para unirte).

En una de esas ocasiones, un suscriptor nos mandó una batería de preguntas muy interesantes. Se relacionan casi todas con la forma de desarrollar una carrera exitosa que asegure lectores, ventas y reconocimiento.

Estamos convencidos de que muchas de estas preguntas también han cruzado alguna vez por tu mente, por lo que hemos preparado un artículo para responderlas y darte nuestra visión, que no tiene que ser la tuya, aunque confiamos en que lo que exponemos te ayude a reflexionar sobre estos temas y a sacar tus propias conclusiones, porque esas sí serán las buenas.

1. Diez características de un best seller

Nuestro estimado lector comenzaba por pedir que le enumeráramos diez características de los libros best sellers.

Lo cierto es que no hemos sido capaces de encontrar diez, sino tan solo cuatro, y puede que resulten desilusionantes. Porque antes que ser una fórmula para escribir un superventas, vienen a decir que los best sellers nacen como producto de una combinación de factores azarosos.

Estas son las cuatro características de un best seller:

  • Son imprevisibles. Un análisis realizado hace unos años por los diarios The New York Times y Le Monde puso en evidencia que seis de los diez libros más vendidos de sus listas habían sido éxitos imprevistos. Sus editores pensaron que iban a ser uno de tantos títulos que pasan sin pena ni demasiada gloria por las librerías.
  • Su éxito no es reproducible. Suele suceder que un best seller ponga un determinado género de moda, pero esos títulos que siguen su estela ya no cosecharán las asombrosas ventas del original. Como tampoco el resto de los libros del autor serán necesariamente best sellers.
  • Atraen a los lectores no habituales. Puede resultar paradójico, pero cuando un libro consigue miles de ventas es porque ha logrado atraer a personas que habitualmente no leen, lo que crea una disrupción en el mercado.
  • No es la calidad literaria lo que los convierte en superventas. Precisamente porque sus lectores no son lectores habituales tienen escaso criterio a la hora de juzgar los valores literarios o artísticos de la obra, lo que propicia que a menudo se encumbren libros sin verdadero valor literario.

Ya hemos dedicado un artículo completo a los best sellers en el que desarrollamos en detalle estas características. Si te interesa ampliar la información, lo encuentras siguiendo este enlace.

2. ¿Por qué la mayoría de los libros fracasan?

Esta pregunta resulta compleja, porque habría que definir con exactitud cuándo consideramos que un libro ha fracasado. A la luz de la primera pregunta, podría deducirse que un libro que ha fracaso es aquel que no se ha convertido en un superventas, pero eso no es así necesariamente.

Los best sellers que eclosionan a lo largo de un año no son tantos. Suponer que el resto de los libros que no consigue millares de ventas han fracasado sería tener una visión muy parcial del mundo editorial.

De acuerdo al informe Comercio interior del libro en España 2019, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España, la tirada media en 2019 fue de 3779 ejemplares por edición. Si publicas con una gran editorial es posible que la primera tirada de tu libro ronde los 5000 ejemplares, pero si has publicado con una editorial pequeña estará más cerca de los 2000. Y si es una editorial muy pequeña, lo más seguro es que sea de unos pocos centenares.

Si esos pocos centenares se venden bien, lo más probable es que el editor considere un éxito el libro. De modo que no debemos considerar que todos aquellos libros que no venden miles de copias o cuyos ejemplares no vemos formar artísticas pilas en los escaparates de las grandes cadenas de librerías son fracasos editoriales.

De hecho, los títulos más vendidos no son los mismos en esas grandes librerías que en librerías pequeñas, a las que acuden otro tipo de lector mas interesado en la ficción literaria que en la ficción comercial.

Los autores más jóvenes, es decir, aquellos nacidos a partir de 1980, venden, según datos del Nielsen (una firma privada de medición contratada por las grandes editoriales), una media de 300 ejemplares. De acuerdo con este dato, un autor joven que venda 600 ejemplares sería un éxito, aunque esa cifra pueda parecer excesivamente modesta.

De manera que para considerar que un libro es un fracaso habría que atender no solamente al número de ejemplares vendidos, sino también al número de ejemplares de su tirada, si ha habido reimpresiones o segundas (o terceras) ediciones; el tamaño de la editorial que lo ha publicado, la media de ejemplares de sus tiradas y la media de ventas de dicha editorial.

No podemos juzgar el éxito de un libro sin conocer adecuadamente el contexto que nos dan los datos. Y es importante que los escritores tengáis en cuenta la realidad del mundo editorial, donde las grandes tiradas no son comunes y, desde luego, no suelen estar destinadas a escritores noveles. Si logras publicar con una pequeña editorial y vendes el par de centenares de libros de la tirada, tu libro habrá sido un éxito. Lo cual no obsta para que aspires a más: nuevas ediciones con tiradas más largas.

3. ¿Por qué los expertos en teoría literaria no escriben libros de éxito?

Esta es una pregunta común: si los expertos en teoría literaria saben tanto, ¿por qué no aplican las reglas que conocen en sus propios libros?

Lo cierto es que lo hacen y hay muchos expertos en teoría literaria que son también escritores, y escritores que son a su vez expertos en teoría literaria.

De los segundos, escritores expertos en teoría literaria, hay numerosos ejemplos. Muchos de ellos han recogido sus ideas sobre la creación y sus poéticas en obras de divulgación, como El arte de escribir, de Robert Louis Stevenson, El arte de la ficción (el de Henry James y el de David Lodge) o Por una nueva novela, de Alain Robbe-Grillet, por citar algunos.

Pero también hay expertos en teoría literaria que escriben obras que alcanzan gran reconocimiento. Umberto Eco es un excelente ejemplo: Eco fue un reputado semiólogo, autor de reconocidos libros de semiótica, lingüística y estética, y al tiempo autor de novelas tan conocidas como El nombre de la rosa.

No obstante, hay que tener presente que el que muchos estudiosos de la literatura no sean, a su vez, escritores, no desamerita su ciencia, ni mucho menos la invalida.

4. ¿Es difícil conocer los gustos y preferencias literarias de las masas?

Esta pregunta es comprensible. Si el autor supiera lo que le gusta a la mayoría y escribiera sobre ello tendría el éxito —entendido siempre en función del número de ejemplares vendido— asegurado.

Ahora bien, la realidad es que las masas no leen.

De acuerdo con el informe de Hábitos de lectura y compra de libros en España de 2020 solo el 34,7 % de la población lee todos o casi todos los días (también hay un 18 % que lee una o dos veces a la semana), frente al 47,3 % que arroja la suma de personas que no leen nunca (el 36 %), las que leen alguna vez al trimestre (el 4,3 %) y las que leen alguna vez al mes (7 %).

De esa enorme masa de no lectores y lectores ocasionales surge precisamente el fenómeno de los best sellers, cuando gente que habitualmente no lee se acerca a un determinado título.

Como los best sellers surgen por azar, es muy difícil anticiparse para dar con el argumento, el tema o el género que atraerá a esa masa. Si fuera sencillo, las grandes editoriales lo harían.

Tal vez este tema entronca con la reflexión, necesaria para un autor, acerca de escribir lo que se vende o vender lo que se escribe. Es decir, la decisión, siempre personal, entre plegarse a los dictados del mercado o crear una obra propia y ser más literario que comercial (sin que esto implique que no se vayan a vender libros). Ya hablamos sobre esa decisión en este artículo.

5. ¿Cómo quebrantar la apatía de quienes no leen? (La gran mayoría)

Es cierto, como acabamos de ver en el punto anterior, que la gran mayoría no lee.

Como sociedad hemos convenido en que la lectura es una actividad positiva: nos mejora como personas y ayuda a construir sociedades más justas. Sin embargo, y a pesar de que llevamos décadas de campañas oficiales y oficiosas de fomento de la lectura, el número de lectores no aumenta.

Al margen de que existen personas a las que no les gusta leer, lo cual es algo perfectamente respetable, seguramente nuestros estilos de vida tengan algo que ver en el hecho de que mucha gente viva lejos de los libros y la lectura.

Llevamos vidas rápidas, aceleradas, con multitud de ocupaciones y obligaciones que no le dejan mucho espacio a una actividad que requiere tiempo y cierto sosiego, como lo es la lectura.

Además, vivimos en una sociedad hiperconectada, en la que una actividad potencialmente solitaria como la lectura queda totalmente desplazada. Todavía más, vivimos en la sociedad de la satisfacción inmediata. Compro algo en Amazon hoy y mañana lo puedo tener en mi casa. Pero un libro no se lee en una tarde y uno no se convierte en un buen lector de un día para otro.

Quizás las campañas de promoción de la lectura fracasan porque tratan de convertir el libro en un objeto de consumo más, pero la realidad es que la lectura requiere de un esfuerzo, una concentración y una pericia que los seres humanos no traemos de serie, hay que desarrollarlos.

Por eso, si como escritor deseas implicarte en fomentar la lectura, algo muy loable, tal vez debas hacerlo haciendo hincapié en la dedicación, la entrega, el tiempo y la concentración que son precisos para leer. Y, por supuesto, predicando con tu ejemplo.

En este artículo recogemos algunas ideas que puedes poner en práctica si, como autor, quieres contribuir a que el número de lectores aumente haciendo fomento de la lectura.

6. Características infalibles de un escritor de éxito

De nuevo habría que comenzar por definir qué consideramos ser un escritor de éxito, porque puede haber múltiples formas de concebirlo. Puede que, para un escritor, el éxito consista simplemente en finalizar su novela. Para otro, el éxito será publicarla. Para un tercero, publicarla con una gran editorial. Y para otro más, convertirse en best seller en Amazon.

No obstante, convengamos en que ser un escritor de éxito puede ser algo así como ser un escritor que vive de la escritura; que publica con asiduidad y sin problemas; que tiene un número creciente de lectores que valoran lo que escribe y desean comprar cada nuevo libro que saca al mercado; y que tiene por tanto cierta notoriedad.

En Sinjania creemos que para convertir en realidad esa agradable visión hacen falta varios elementos.

El primero, un amplio conocimiento de la narrativa y la literatura que te ayude a concebir y escribir buenas obras. Por eso siempre recomendamos la lectura como el mejor curso de escritura al que un escritor pueda asistir. Lo que no obsta para que te formes también a través de cursos, seminarios, talleres… que te ayuden a avanzar más rápido en ese camino; no meramente para escribir cada una de tus obras, sino también para reflexionar sobre tu modo de entender y hacer literatura.

Además, debes comprometerte con tu obra. Si te pones excusas, si no encuentras el tiempo para escribir o leer, si dejas que la última novedad te distraiga, si no trabajas con foco y perseverancia es muy difícil que el éxito corone tu empresa. Creer en la musa, la inspiración y el talento es bonito, pero poco eficaz. Si no rompes con la mística del escritor tu carrera no progresará.

Por eso en nuestros artículos insistimos en la importancia de ser productivo y de gestionar con inteligencia nuestro tiempo, pero también nuestra mente. Porque muchas veces lo que impide el éxito es tu propia mentalidad, esa serie de creencias que te paralizan y tratan de mantenerte en donde estás ahora, en tu zona de confort.

Un escritor de éxito necesita también saber gestionar adecuadamente su carrera. Conocer las opciones de publicación, cómo pelear un contrato, si le conviene o no presentarse a un concurso, cuál es el proceso que sigue un libro desde que llega al editor hasta que está en librerías, qué fiscalidad se aplica a los ingresos que obtiene… Sin toda esa información es difícil que dirija con acierto su carrera y la lleve hacia el éxito y, aún peor, puede ser víctima fácil de engaños y estafas. (Aquí encuentras una recopilación de artículos sobre algunos de esos temas).

Por último, y aunque sea un tema que disgusta a muchos, un escritor también debe saber de marketing. Es algo tan indispensable para el trabajo de escritor del siglo XXI como saber manejar un ordenador para determinados puestos de trabajo desde finales del XX.

Construir su marca personal de acuerdo con quién él es de verdad, conocer a su lector ideal y realizar una batería de acciones que le coloque delante de él es hoy imprescindible para un escritor que aspire a ser leído.

Con esos elementos —conocimientos que le permitan escribir una buena obra, productividad y mentalidad, conocimientos sobre el mundo editorial y nociones de marketing— es mucho más sencillo alcanzar el éxito. Aunque como ves, no está exento de trabajo y esfuerzo.

7. ¿Importa el talento?

Se habla mucho del talento como una cualidad indispensable para ser escritor, pero se entiende como algo con lo que se tiene la suerte de nacer o no. Como si para ser escritor fuera necesario tener la cualidad innata de tener los ojos azules y quienes no los tienen pudieran abandonar toda esperanza de llegar a convertirse en autores un día.

Sin embargo, el talento es, simplemente, aptitud. Y la aptitud es la «capacidad para operar competentemente en una determinada actividad». No es algo innato, algo que se tiene o no se tiene, es una capacidad que se puede entrenar, pero que exige propósito, compromiso y perseverancia.

De modo que sí es necesario tener talento para ser escritor, porque hay que desarrollar las capacidades para operar de manera competente en el oficio. Pero ese talento no es una bendición de la que solo disfrutan algunos privilegiados, puede alcanzarse con esfuerzo y tesón.

Si nos parece que no todo el mundo tiene talento, tal vez sea porque no todo el mundo tiene la capacidad de esforzarse hasta alcanzarlo.

8. ¿Todos los escritores buscan la fama y el reconocimiento?

Después de tanto hablar sobre el éxito, la pregunta de si todos los escritores buscan fama y reconocimiento es muy pertinente, pero la respuesta solo podrá darla cada escritor a título individual. ¿Qué esperas tú obtener a cambio de tu obra?

No obstante, muchos autores no se han mostrado interesados en la fama. En El arte de la novela, Milan Kundera apunta:

El novelista, según Flaubert, es aquel que quiere desaparecer tras su obra. Desaparecer tras su obra quiere decir renunciar al papel de hombre público. Y no es fácil actualmente, cuando todo, por poco importante que sea, ha de pasar por el escenario insoportablemente iluminado de los medios de comunicación, que, contrariamente a la intención de Flaubert, hacen desaparecer la obra tras la imagen de su autor. […] Prestándose al papel de hombre público, el novelista pone en peligro su obra, que corre el riesgo de ser considerada como un simple apéndice de sus gestos, de sus declaraciones, de sus tomas de posición.

Tal vez por ello autores como J. D. Salinger, Thomas Pynchon o, más recientemente, Elena Ferrante han preferido permanecer lejos del foco mediático.

A nuestro juicio, el reconocimiento que el escritor busca es el del lector. Es su satisfacción lo que íntimamente desea provocar con su trabajo, porque el lector es siempre el destinatario de sus esfuerzos. También hemos hablado ya de la relación entre escritor y lector.

Stephen King ha dicho:

Escribir no es cuestión de ganar dinero, hacerse famoso, ligar mucho ni hacer amistades. En último término, se trata de enriquecer las vidas de las personas que leen lo que haces.

9. La mayoría de los escritores están condenados al olvido. ¿Por qué?

Ciertamente muchos escritores y muchos libros están condenados al olvido. Para comprenderlo hay que comprender cómo funciona el canon literario.

El canon literario recoge y preserva las mejores obras de todos los tiempos. Es una recomendación implícita de lectura que muchos lectores siguen, lo que permite que las obras que lo integran sigan vivas. Sin embargo, el canon literario es algo vivo, algo que no deja de mutar. Hay autores que entran y autores que salen.

No todas los escritores pasan a formar parte del canon, incluso cuando hayan tenido éxito en su momento. ¿Quién se acuerda hoy de Walter Besant o Henri de Kock? Sin embargo, ambos fueron autores superventas en su época. Es posible, aunque ahora nos parezca inaudito, que a la vuelta de cien o ciento cincuenta años solo unos pocos conozcan a Stephen King o a George R. R. Martin.

También hay autores que ingresan en el canon para salir algún tiempo después; mientras que otros, que no ingresaron en su momento, pueden ser rescatados e incorporados incluso mucho tiempo después.

La única forma más o menos segura de no caer en el olvido es entrar en el canon. Y para ello hace falta escribir obras que, basándose en la tradición literaria, lleven esta más allá y le den un nuevo impulso.

10. Los escritores que han triunfado, ¿es cuestión de suerte, talento, disciplina, relaciones, preparación, perseverancia o de que un hada madrina los toque?

Convengamos en que las hadas madrinas no existen. Por otro lado, hay un dicho que reza: «Al saber lo llaman suerte».

Cuando vemos a alguien que ha alcanzado la meta que nosotros también perseguimos vemos los resultados, pero no su esfuerzo hasta llegar al objetivo, y por eso podemos creer que es cuestión de suerte.

Ahora bien, imagina que tú eres un escritor de éxito. Tienes una obra solvente a tus espaldas, compuesta por libros que se han ganado el favor del público y la crítica. Vives de tu trabajo y se te considera un autor relevante.

Has trabajado mucho para llegar ahí. Has pasado horas sentado delante del ordenador, concibiendo historias y personajes, luchando con las palabras. Has dedicado tiempo a leer y a aprender. Has cuidado con diligencia de tu carrera. Pero hay quien cree que, si ocupas el lugar que ocupas, es por mera suerte. ¿Cómo te haría sentir?

Lo cierto es que achacar el éxito de otro al azar nos permite permanecer en el inmovilismo, esperando que la suerte nos alcance también a nosotros.

De modo que para «triunfar», la suerte es un elemento con el que es mejor no contar. Puede intervenir, pero es probable que no lo haga y quedarse esperándola es la manera más segura de no alcanzar jamás nuestras metas. Lo mejor es sustituirla por el resto de los factores que menciona la pregunta:

  • Talento: pero entendido como una cualidad que se puede desarrollar, como ya hemos visto.
  • Disciplina, preparación y perseverancia: con esos tres factores se puede llegar donde se desee.
  • Relaciones: ¿por qué no? Pueden cultivarse relaciones estratégicas que nos brinden impulso cuando sea necesario.

Por supuesto, como autor eres libre de gestionar tu carrera de la forma que mejor se adapte a ti, a tu obra y a tu conveniencia. Pero nuestro consejo siempre será que te pongas a trabajar, que no te limites a esperar que el azar te bendiga. Trabajar con método, con conocimiento y con inteligencia. Sin duda llegar a la meta no es sencillo, pero creemos que tendrás más probabilidades que si te limitas a esperar pasivamente a que el dedo de la suerte te señale.

¿Te habías hecho alguna de estas preguntas? ¿Tienes otras que desees que contestemos (o al menos lo intentemos)? Déjanoslas en los comentarios.

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10 COMENTARIOS

CATEGORÍAS: Carrera de escritor

Otros artículos:

  • El talento, entendido como motor interno para alcanzar la excelencia más sublime, por desgracia es un bien escaso, un don excepcional. Malas noticias para todos aquellos que piensan que con perseverancia y constancia se puede llegar a ser el mejor.

    • La cuestión es, José Luis, si se quiere «ser el mejor» o si lo que se pretende es «ser mejor». Es decir, ver la escritura de una manera competitiva, buscando ser mejor que los demás. O concebirla como un arte en el que mejoramos, que cada vez dominamos mejor. Puede que no seamos mejores que nadie, pero es satisfactorio ser mejores de lo que lo éramos ayer.

      Saludos.

  • Me gustaría dar mi teoría de lo que es el TALENTO (la pregunta 7) para los que creen que el talento lo es todo y para los que cree que el talento no lo es.
    Yo creo que el talento es en realidad el deseo y el placer que uno siente para una acción.
    Por ejemplo: Una persona a quien le gusta bailar, dedica mucho tiempo en observar a otras personas bailar ya sea en la tele en youtube o en persona, al gustarle mucho aprende lo básico. Hay muchas teorías acerca de aprender divirtiéndose y demuestra que al divertirse con algo se aprende más fácil casi sin darse cuenta, por lo tanto, si te gusta algo te cuesta menos aprender y al costarte menos los demás lo judgan como talando, en mi opinión eso quita mérito a la persona.
    A mí siempre me han gustado las matemáticas no faltaba a ninguna clase, prestaba atención casi sin respirar, hacia muchas preguntas cuando no entendía algo y decían que tengo talento con los números, yo pensaba: porque me ponen a mi en la misma fila con los que faltan a clase y solo hablan mientras que el profesor explicaba, además nunca traen los deberes. Yo lo aprendí porque me gusta, a ellos ni siquiera los intentaron y me quitan todo ese merito diciendo que tengo talento.
    Por lo tanto, el talento es lo que te hace sentir el acto en sí, porque ese sentimiento otros no lo tienen y creedme da igual cuantas palizas le das a un niño para aprenderse la geografía, si no le gusta nunca lo aprenderá, probablemente aprenda lo básico para pasar los exámenes, pero nunca se dedicará a ello. Lo peor es que a esos les escusan diciendo que no tienen talento y que no es culpa suya.
    También el “TALENTO” puede surgir en cualquier momento, en especialmente en la infancia; cuando hacemos algo y todo el mundo se sorprende, nos alaga por ello, esa sensación se nos grava a rojo vivo y queremos revivir esa sensación caminando ese camino. No cave duda que a todos nos gusta que nuestro trabajo sea apreciado por los demás, no me refiero a fama ni dinero, solo simple aprecio, como cuando un niño de 2 años dice un taco todo el mundo se ríe y el lo repite una y otra vez. Con esta teoría podemos entender que el talento se adhiere a nosotros dependiendo de nuestro entorno, eso podría significar que lo podremos controlar, tanto para adquirirlo como para destruirlo. Por ejemplo; un niño que siempre ha sido bueno, se hace amigo del hijo de la vecina porque los padres son muy amigos, el hijo de la vecina resulta ser un trasto, mete al niño bueno en su grupo en la escuela y le incita a hacer trastadas, a pocos meses el niño bueno será un trasto más.
    También a veces podremos percibir un rechazo de algo por intervenir entre nosotros y nuestro talento, en este caso depende de la fuerza de voluntad de cada persona en que camino elije.
    Yo llegue a la conclusión que el talento en realidad es un sentimiento más; una serie de sensaciones adquiridas ante te una acción.
    Es posible tener talento variado, pero tengo la impresión que la capacidad del ser humano tiene un límite de potencia, y cuando nos dirigimos a varios objetivos a la vez el talento se va dividiendo por lo tanto no llega el 100% de nuestra capacidad a ninguno de los objetivos. Recordando el dicho “si corres detrás de dos conejos no pillaras ninguno”.
    Quisiera recordar que todo lo que he dicho es solo mi opinión.
    Que tengan un buen día.

  • Escribir, para algunos, puede ser tan solo una necesidad. Como beber, comer o amar. Algo que no debería tener que ser explicado…
    — ¿Por qué escribes?
    —Por la misma razón que tu respiras; Para vivir.
    Fin

  • Comentarios muy reflexivos, creo que la escritura es algo que puede complementar nuestra existencia, hacerla mas amble, creativa, dichosa y de un aprendizaje perpetuo que va a crear felicidad. Gracias por sus comentarios.

  • Muy bueno tu artículo. Cuando escribí mi primera novela, mis lectores beta decían que tenía facilidad para expresarme. Pero cuando empecé a leer y a escuchar tus enseñanzas , me dí cuenta que me faltaba mucho que aprender. Sigo escribiendo, claro que sí, pero todos los días aprendo algo nuevo. Gracias.

  • ¿Por qué preocuparse tanto? Dicen los expertos que dentro de cien o ciento cincuenta años las humanidad habrá olvidado leer y escribir. Y con ello, otros muchos aprendizajes. Descubrirá que la tecnología y su instinto de supervivencia no son suficiente. Pero que no cunda el pánico. Eso que gana el Planeta. El último que cierre y tire la llave al río. Perdón: quise decir a la cloaca.

  • Ya estamos de vuelta!!! Me alegra empezar a leeros de nuevo. Me ayudan mucho vuestros artículos y me hacen perseverar en escribir.
    Yo creo que la mayoría de escritores, queremos gustar pero también somos muchos los que, como yo, queremos sin más, vivir de ello, ver el libro publicado y tenerlo en papel. A estas alturas de siglo, y como decís, en la etapa tecnológica en la que nos movemos, no creo que ninguno de nosotros tengamos ya la fantasía de pasar a la historia o de ser un nuevo Flaubert.
    De nuevo, mil gracias!

  • Gracias amigos de Sinjania.Como siempre, otro texto enriquecedor. Les agradezco la generocidad que tienen. Les mando un cálido saludo

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