Por qué debes construir tu identidad de escritor

La semana pasada terminábamos el artículo hablando de la necesidad de construirse una identidad de escritor. Lo hacíamos como parte de una receta para reforzar la motivación y escribir a diario, porque «sentirse escritor» y, sobre todo, actuar como uno, es una forma muy efectiva de progresar por la senda de la escritura y construir una carrera sólida en las letras.

Hablábamos entonces de que cuando le haces sitio a la escritura en tu día a día, cuando la conviertes en una parte importante de tus rutinas diarias, dejas de ser alguien al que le gustaría escribir para convertirte en alguien para quien la escritura tiene un papel relevante en su vida y es una actividad que lo acompaña de la mañana a la noche.

Y esa es la mejor actitud que se puede tener para llegar a convertirse en el escritor que sueñas con ser.

Identidad no es marca personal

Antes de seguir avanzando, conviene aclarar que cuando hablamos de identidad de escritor no nos estamos refiriendo a tu marca personal, tampoco a tu mensaje de marketing.

Probablemente la identidad de un escritor sea la base de su marca personal, porque si no cultivas esa identidad lo más seguro es que nunca te veas en la tesitura de desarrollar una marca personal. Cuando hablamos de «identidad» nos referimos a un concepto de mentalidad, a una manera de trabajar tu actitud para que te ayude a escribir los libros que imaginas y construir tu carrera literaria.

Si quieres saber más sobre la marca personal del escritor, qué es y cómo trabajarla, hemos hablado de ella en este otro artículo.

Resultados, procesos, identidad

La identidad de escritor es, sin embargo, una herramienta que puede ayudarte a alcanzar tus objetivos de escritura y convertirte en el autor que deseas ser. Veamos cómo.

Ahora mismo tú todavía no eres un escritor, lo más probable es que no te consideres como tal. Seguramente seas alguien que «quiere ser escritor» o simplemente alguien que desea escribir y busca el modo de hacerle un hueco mayor a su pasión por la escritura en su día a día. Pero al final sucede que nunca encuentras el tiempo para trabajar en tu obra, que te cuesta mucho culminar tus proyectos de escritura y que no eres capaz de cumplir tus objetivos escritoriles (si es que te los llegas a marcar).

Todo eso sucede porque no has desarrollado tu identidad de escritor. Si fueras un escritor, si estuvieras imbuido de esa identidad, escribirías cada día, finalizarías tus proyectos y alcanzarías tus objetivos.

Para ser esa persona que escribe a diario, acaba sus proyectos y logra sus objetivos tú tienes que cambiar: tienes que convertirte en la persona que hace todo eso. Y ese todavía no eres tú.

Ese cambio en ti tiene que producirse en tres niveles:

  • En primer lugar tiene que darse un cambio en tus resultados, es decir, en lo que eres capaz de conseguir. Si, por ejemplo, no eres capaz de finalizar tus obras, debes cambiar eso.

  • Después debe darse un cambio en tus procesos, en cómo haces las cosas. Si no finalizas tus obras deberías cambiar el modo en el que las abordas: quizá necesites escribir con más frecuencia, conocer mejor las herramientas de tu oficio o hacer una planificación más exhaustiva.

  • Por último, debe darse un cambio en tu identidad, es decir, en cómo te ves a ti mismo y cómo ves el mundo.

Por lo general, cuando queremos alcanzar un objetivo solemos trabajar en el orden que acabamos de mencionar: resultados > procesos > identidad. Queremos alcanzar un resultado, así que nos lo marcamos como un objetivo. Entonces cambiamos nuestros procesos y, como resultado, acaba por modificarse nuestra identidad.

Queremos terminar una novela, así que comenzamos a escribir todos los días un par de horas y, al final, con el tiempo, nos convertimos en una persona que escribe todos los días y finaliza sus proyectos.

Este es un método que funciona, es cien por cien efectivo y siempre da resultado. Pero el proceso puede hacerse también en el sentido contrario, o al menos poner un poco más de atención e intención en el último elemento de la fórmula: la identidad.

La identidad de escritor

Cuando se quieren cambiar rutinas y construir hábitos la identidad es un pilar muy importante.

Imagina la siguiente situación: alguien ofrece un cigarrillo a una persona que intenta dejar de fumar. Ante el ofrecimiento, la respuesta podría ser: «No, gracias. Estoy intentado dejar de fumar», o bien: «No, gracias. No fumo». La primera respuesta habla de lo que se quiere lograr, la segunda pone el foco en quién se quiere ser.

Aunque la respuesta que se suele dar en una situación así suele ser la primera, en realidad la segunda es mucho más efectiva porque modifica la motivación intrínseca. No es que se quiera dejar de fumar, es que ya no se fuma. La identidad ha cambiado: de la de un fumador a la de un no fumador.

Podemos extrapolar esta idea a nuestro ejemplo. Si en vez de considerarte como alguien que no tiene tiempo para escribir, a quien le falta el hábito, la constancia o los conocimientos, empiezas a pensar en ti como el escritor que deseas ser estarás reforzando de forma importante tu proceso de cambio.

Entonces, se trata de pensar quién es ese escritor que te gustaría ser: ¿qué cosas hace?, ¿cómo es su día a día y en qué invierte su tiempo?, ¿cómo aborda su trabajo?, ¿qué libros lee?, ¿qué conocimientos tiene?, ¿a qué le da prioridad y a qué se la resta?, ¿qué cosas le interesan?…

Responde a estas preguntas y plantéate otras semejantes para comenzar a construir tu identidad de escritor.

Ahora bien, sé realista. No te imagines (todavía) como un escritor que acude a una entrevista en la televisión y luego se reúne con su agente para hablar sobre los royalties de su última novela. Es genial tener grandes aspiraciones, pero hay que andar el camino paso a paso. Si todavía eres la persona que no escribe a diario, que no conoce bien su oficio y que no acaba sus proyectos esa identidad está muy lejos de tu yo actual. Piensa mejor en una identidad que suponga un paso adelante, un cambio importante, pero que no se aleje demasiado de quien tú eres todavía.

Porque la realidad es que la identidad es un concepto mutable, una realidad en proceso de cambio permanente. Nuestra identidad no se cambia una vez y listo, sino que se va modificando a medida que alcanzamos nuestros objetivos e interiorizamos nuevas rutinas y modos de hacer. Cuando por fin seas la persona que finaliza sus proyectos de escritura podrás comenzar a pensar en ser el escritor que publica o el que promociona su obra mediante entrevistas en medios.

Peligro: pensamientos limitantes

Pero, obviamente, cambiar la identidad o construirse una nueva no resulta tan sencillo. Por un lado, porque suele apoyarse en un cambio de hábitos, y por otro, quizá el más importante, porque implica cambiar nuestras creencias acerca de nosotros mismos.

Tu identidad actual está fuertemente asentada. Aunque hemos dicho que la identidad va cambiando, lo más probable es que la tuya, con sutiles modificaciones, te acompañe desde hace tiempo. Y como a nuestro cerebro no le gustan los cambios, va a tratar de hacerte permanecer en el lugar en el que estás. Y lo va a hacer sirviéndose de los pensamientos limitantes.

Los pensamientos limitantes son aquellos que aceptas como hechos y que acaban por boicotearte porque te repiten sin cesar que tú eres así y nunca dejarás de serlo. Cuando te dices «Nunca finalizo las obras que empiezo» te estás limitando sin saberlo a la hora de terminar tus textos. Cuando te dices «Me cuesta horrores concentrarme en la escritura» estás bloqueando tu posibilidad de aprender a concentrarte. En ambos casos te autoencasillas en una manera de ser y te niegas la posibilidad del cambio. La idea que tienes sobre ti, la identidad que has adoptado, te impide desarrollar una identidad nueva que sí te permita lograr lo que anhelas.

Por eso es importante que prestes atención a tus pensamientos limitantes, que los escuches y empieces a trabajar para desarticularlos y acallar sus voces. Cuando te sorprendas pensando cosas del tipo «No sé», «No puedo», «Quién soy yo para»…, trata de modificar tus pensamientos. Recuerda las cosas positivas que te caracterizan, las metas que has alcanzado, todo lo que se te da bien y procura reflexionar sobre cómo esos aspectos positivos pueden ayudarte a convertirte, poco a poco, en la persona que sí sabe, sí puede y está perfectamente legitimada y capacitada para hacer cualquier cosa que se proponga.

Si para comenzar a trabajar en tu identidad de escritor consideras que necesitas conocer un poco más acerca de los engranajes del texto literario y de qué recursos y técnicas puedes utilizar para volverlos más expresivos y asegurar el disfrute del lector, te invitamos a unirte al Curso de Escritura Creativa.

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Ahora cuéntanos, ¿cuál es tu identidad de escritor actual y cuál te gustaría desarrollar?, ¿te parece un concepto interesante para ayudarte a progresar hacia tus metas? Hay tertulia en los comentarios.

13 COMENTARIOS


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Para escribir ciencia ficción, por Isaac Asimov
  • Buenas tardes, este es en el primer artículo que comento. Hace 2 semanas que me uní a esta comunidad de escritores y cada día estoy más agradecido con su ayuda. He leído este artículo como el recordatorio de los artículos que hacéis ahora que en verano no publicáis nuevos.
    Me parece un tema muy interesante el que se trata aquí, y me ha pasado mucho lo que aquí se menciona, empecé a escribir hace 3 años pero nunca llegué a terminar las 2 novelas que empecé.
    En abril de este mismo año comencé con una nueva, y ahora si estoy comenzando a incorporar la escritura a la rutina de mi día a día y planificándola mejor y encontrando mi identidad como escritor, aunque por supuesto, me queda mucho camino por correr, aún solo tengo 16 años a punto de 17.
    Muchas gracias por todo lo que hacéis de verdad que me estáis ayudando un montón a motivarme y a seguir escribiendo, y seguiré leyendo vuestros artículos.

  • Mi disciplina se me reconoce, vienen a verme a mi casa y ahí he estado escribiendo durante los últimos años. Terminé el segundo libro, espero publicarlo pronto. Es un acto, escribir es mi acto en una sola escena, los demás se impactan de estarlo llevando a cabo. Quiero proyectarme como una escritora que también realiza labor social. Y con eso, darle al arte un alcance más humano. Hago un proyecto paralelo con mucho que ver con lo que escribo.

  • Hola, buen día. Recién estoy empezando a leer estos artículos y estoy encontrando en ellos bastante información, e incluso la motivación para ayudarme a mejorar en este camino que recorro en al escritura, así dándome cuenta de aquello que debo arreglar y lo que debo explotar en bien de mi desarrollo como un buen escritor.
    Debo decir que todo esto es de gran ayuda.

  • El hábito de la escritura se desarrolla poco a poco, debes dar pasos pequeños para dar los grandes, pero todo con constancia y dedicación se puede lograr.

  • Buenos días. Estoy en ese proceso. Aún no he publicado nada, estoy trabajando en el borrador de una novela de lunes a jueves, y también escribo cuentos de terror (de viernes a domingo) en un blog con la intención de tener material para publicar un libro de relatos. Hace poco me hice una página web de escritor y una fan Page en Facebook, e intento aprender a manejar las dos. Mi identidad de escritor la voy construyendo poco a poco con hábito. Creo que es muy potente la idea de vivir como escritor para acabar siéndolo, y en ello estamos 😅.

  • Hola: Me identifico como escritor, si tomo en cuenta que he escrito cuatro novelas y dos libros de cuento corto, y un libro de autoayuda para personas mayores (como yo.) Todos publicados en amazon.com. pero ninguno con éxito de número de lectores, porque nunca aprendí a hacer la promoción necesaria. En los días actuales he perdido la capacidad creativa, como consecuencia de una embolia y cada día sigo intentando escribir., porque me sigo sintiendo como escritor incierto. (Y quiero decir con esto de que no es falta de certeza, probablemente quiere decir que no es cierto que soy escritor.) Estoy siguiendo y leyendo con profundo interés los artículos de Sinjania.com, los que agradezco infinitamente. Gracias por escucharme.

    • Hola Alfonso:
      Claro que eres escritor, y de los buenos.
      También soy mayor y apenas termino mi primera novela después de tres años de dedicarme a ella de tiempo completo. Y sí, me considero escritor porque me he forjado el hábito. Y poco me importa si me leerán. El gusto nadie me lo va a quitar.
      Por eso te envidio, vaya cuatro novelas, vaya escritorazo.
      Saludos desde México.

  • Mi identidad como escritora…
    Tal vez la vea como mi posibilidad de vivir más vidas. De ser capaz de forjar más sueños. De vivir en otras dimensiones. De ser y vivir en hoy aunque con una máscara distinta a como vivo mi hoy en la que es mi situación real. Tal vez la vea como la manera de expresar mis pensamientos y mis sentimientos de otra forma. Con máscara y sin exponerme del todo al mundo. Cada día unas pocas palabras para que expresen lo que es hoy. Y mañana ya veremos,… porque para entonces será hoy. Un juego conmigo misma y con el que aspiro a interesar a otros para que jueguen a su vez conmigo. Atreverme a salir a la ventana y decirle al mundo que estoy aquí. Creo que eso es lo que más debo de trabajar. Atreverme a salir al mundo y gritar a pleno pulmón: ¡Estoy aquí Mundo!
    Unas palabras cada día. Recoger las hojas y salir a entregarlas a otros. Supongo que da miedo pensar que me expongo a la crítica y al «no me gusta» y el no poder encajarlo.

  • Este también es un trabajo que hay que estar revisando, qué se piensa de sí mismo, y a veces, romperte por dentro si tu deseo es tan inmenso- ojo, no la fama, eso es harina de otro costal- sino quebrar tus limitantes por AMOR a lo que haces. Iré por lo mío!👌⭐

  • Hola, buenos días,
    qué artículo más interesante, nunca había reparado en cuál es mi identidad de escritora. De hecho, ¿cómo podría definirla?
    ¿En qué términos se define a sí mismo/a una persona que escribe?
    Un saludo 🙂

    • La respuesta a esas preguntas solo la tienes tú, María. Reflexiona con tranquilidad y tiempo sobre ellas e irá emergiendo. Ten en cuenta que esa personalidad también las creas tú en parte y puedes decidir cómo quieres que sea y trabajar para lograrlo.

      Saludos.

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