Todas las semanas recibimos consultas a través del correo o en los comentarios del blog (muchas gracias por la confianza que nos demostráis). Sorprendentemente, muchas de ellas comienzan con una curiosa declaración: «No quiero ser un escritor profesional».
Esa declaración de intenciones suele acompañarse con una matización: «pero quiero compartir con el mundo las historias que tengo en la cabeza», «pero quiero que mi libro guste a los lectores», «pero si consigo ser leído quiero seguir escribiendo más historias».
Es decir, muchos de vosotros queréis escribir, queréis llegar a los lectores y, si tenéis buena acogida, queréis seguir escribiendo y compartiendo vuestras obras con los lectores. A eso, queridos amigos, nosotros le llamamos ser un escritor profesional.
Porque escribir cada vez mejor, llegar a los lectores y seguir escribiendo depende de que escribas y gestiones tu carrera como un profesional.
Quién no es un escritor profesional
Si tú te conformas con escribir, si no tienes ninguna intención de compartir tus obras, las cuales vas almacenando en el disco duro de tu ordenador o en cuadernos cuidadosamente guardados en cajas, desde luego no eres un escritor profesional.
En ese caso, cuando tus textos no van a partir hacia el lector, es muy posible que tampoco tengas un excesivo interés en mejorar tu escritura, pulir tu estilo o conocer algo más sobre narratología. Tus textos son para ti y a ti te bastan tal como salen de tu mente.
En muchas ocasiones cuando la escritura se afronta de este modo es debido a que más que una intención artística suele tener una intención terapéutica: te ayuda a calmarte, a exorcizar tus fantasmas, a visualizar tus objetivos. Escribes para ti y en efecto tus textos nunca serán contemplados por ojos ajenos. Tú no eres, ni quieres ser, un escritor profesional. Y lo más probable es que nunca leas un blog como este.
Pero si nos estás leyendo es porque tienes el prurito de mejorar tus textos. ¿Por qué? Porque deseas entregarlos al lector y quieres presentarle a este la mejor obra posible, una novela o un relato que lo atrape, que sea literario, que esté bien estructurado…
Comenzaste a escribir porque miles de historias anidaban en ti. Y esas historias pedían no solo ser escritas, pedían ser leídas. Es natural, porque es el lector quien completa el texto literario. La literatura es arte y se crea para el disfrute de los demás, para embellecer sus vidas, para invitarlos a pensar y aun a soñar.
De modo que en el mismo momento en que deseas ser leído, pasas a convertirte en un escritor profesional.
Como un profesional, empezarás a interesarte por los entresijos de tu arte: cómo crear mejores personajes, cuál es la manera de trabajar la tensión, cómo guardar el equilibrio entre las partes, cómo exponer la historia de manera eficaz… Justamente la búsqueda de ese conocimiento es lo que te ha traído a este blog.
El camino para convertirse en escritor profesional
De modo, que aunque nunca te hayas parado a pensarlo o no sea algo que te has propuesto deliberadamente, tú ya estás recorriendo el camino para ser un escritor profesional.
Buscas información en internet, sigues algunos blogs sobre escritura, has leído algún libro de creación literaria y has hecho algún curso de escritura o te estás planteando hacerlo próximamente.
Simplemente quieres saber más para hacerlo cada vez mejor. ¿Con qué objetivo? Con el objetivo de que los lectores disfruten con cada una de tus obras.
Desear llegar a los lectores es el siguiente paso del camino y demuestra tu genuino interés por convertirte en un escritor profesional, aunque tú prefieras no llamarte así.
Con varios textos ya escritos (ya sean novelas, ya relatos o poemas) tu objetivo es encontrar personas interesadas en leerlos. Quieres que tus obras reciban la sanción del lector, saber que en algún lugar, tal vez a miles de kilómetros de ti, hay una persona que se ha emocionado, que ha vibrado, que se ha conmovido con las historias y las palabras que tú un día ordenaste sobre una página en blanco.
A nuestro juicio ese deseo es el que te convierte en escritor profesional. Más que el deseo de escribir, el deseo de ser leído.
De modo que subes tus textos a algunas plataformas, como Wattpad, las publicas en tu blog o en tus redes sociales. Allí están, a la espera de ese mágico contacto con la mente del lector que da vida a lo que no son más que palabras, negro sobre blanco.
Muchas veces este primer contacto con el lector es precisamente el que lleva al escritor a interesarse sobre el oficio. Cuando recibe los primeros comentarios a su obra y algunos lectores diestros señalan sus fallos, el escritor comprende que tiene algunas cosas que aprender y, si es honesto con su arte, se pone a ello. Tal vez este haya sido tu caso, pero, tranquilo, has llegado al lugar adecuado. Simplemente suscríbete a nuestra comunidad y empieza a aprender.
En cualquier caso la obra está ahí, pero los lectores no crecen al ritmo que tú esperabas, incluso aunque la ofreces gratis. Ya les has pedido a tus familiares, a tus amigos y a tus compañeros del trabajo que se pasen a leer el último capítulo de tu novela en tu blog, también lo has anunciado en tus redes sociales, pero la cosa no prospera.
Así que das un pasito más: comprendes que ahora te toca aprender un poco sobre qué hacer para llegar a tus lectores. Tal vez sea eso lo que te ha traído a ti nuestra orilla.
De modo que ya no te ocupas únicamente del laborioso trabajo de escribir, también inviertes tiempo y esfuerzo en tratar de alcanzar a tu lector. ¿No es eso ser un escritor profesional?
Lo sabemos, para muchos ser profesional implica ganar dinero con el trabajo que se hace. Pongamos que es así. La realidad demuestra que muchos autores, incluso aquellos que dicen no querer ser escritores profesionales, cuando comienzan a ver el esfuerzo que exige escribir y poner su obra frente al lector, deciden que merecen una justa compensación y empiezan a cobrar un precio, aunque sea simbólico, por sus obras. Ya son escritores profesionales de pleno derecho.
Hasta aquí hemos hablado de un escritor que trata por sí mismo de poner su obra ante los lectores, ya sea de manera gratuita a través de redes, blogs y algunas plataformas, ya sea autopublicando.
Pero también hay autores que buscan a sus lectores en los concursos literarios o confían en la edición tradicional para llegar a ellos. Si ganas un concurso o eres publicado y empiezas a recibir dinero por tu obra, de nuevo, eres un escritor profesional.
De modo que a no ser que dejes de leer blogs como este, en busca de algo de formación/información, borres tu blog, elimines los relatos que tienes publicados aquí o allá y dejes de participar en concursos, eres un escritor profesional o estás recorriendo el camino que te lleva a serlo.
Por qué cuesta tanto definirse como un escritor profesional
Muchos de los que nos leéis sois o aspiráis a ser escritores profesionales, pero os cuesta mucho colgaros esa etiqueta. Por eso lo primero que decís es «no soy escritor profesional».
Te justificas de antemano, en primer lugar ante ti mismo; y después, ante el otro.
Te justificas ante ti mismo porque tienes mucho miedo de no lograrlo. Temes no escribir algo verdaderamente bueno, temes ser incapaz de llegar a los lectores, temes que a estos no les gusten tus obras. Tienes, en definitiva, miedo de no hacerlo bien. De modo que te escondes tras la excusa de no ser un escritor profesional.
«Si no lo hago bien», te dices, «si mis obras tienen fallos o los lectores no me descubren, no pasa nada. A fin de cuentas yo no soy un profesional. Hago lo que puedo, pero no soy más que un simple aficionado».
De igual modo te justificas antes los demás porque, como no estás seguro de ti mismo, temes que alguien, si te presentas como escritor profesional, te diga: «¿Un escritor profesional tú? No, no creo que lo seas». También para que, si hay algo inapropiado en tus obras o en cómo las presentas al mundo (porque no te has formado lo suficiente), los lectores sean benévolos contigo. A fin de cuentas no eres un profesional.
Todo esto tiene mucho que ver con el síndrome del impostor. En este vídeo te explicamos en qué consiste y cómo afecta a los escritores.
No eres un buen escritor profesional
Todavía hay un último motivo por el que a muchos escritores os cuesta añadir el adjetivo «profesional»: simplemente no os va como os gustaría.
Tenéis una o varias obras publicadas, incluso os habéis decidido a pedir dinero por ellas, también habéis hecho lo posible por resultar visibles a los lectores…, pero con pocos resultados.
Imaginabais un éxito mayor y mayores ingresos, pero no llegan. Así que consideráis que la etiqueta «profesional» es algo que os queda grande. A lo mejor más adelante sí que podéis colgárosla, pero de momento…
Lo cierto es que ser un profesional no implica que automáticamente seas un buen profesional. Como ya has descubierto hay mucho que aprender, a nivel de narratología en primer lugar. Pero también sobre marketing, sobre productividad, sobre cómo lidiar con tus miedos y tus pensamientos limitantes y, en general, sobre cómo gestionar tu carrera.
Si todavía no has cumplido tus objetivos y no estás donde querías llegar lo más probable es que no estés haciendo algo bien. Por nuestra experiencia los escritores flojeáis bastante en el tema marketing, es algo que os da pereza o que directamente no os parece que case con el talante artístico de la escritura.
Ese es un tema que abordamos ya en el artículo Cómo vender tus libros cuando odias el marketing, en el que repasamos el motivo de la desconexión entre escritores y marketing y te damos algunas claves para que entiendas que tu mensaje de marketing no tiene por qué sonar a vendehúmos.
¿Eres tú de los que se justifican aduciendo que no eres un escritor profesional? ¿Eras consciente de ello o lo has descubierto al leer el artículo? ¿Sufres el síndrome del impostor y temes que alguien te desenmascare? La tertulia está en los comentarios.
Si tú si eres un escritor profesional o aspiras a serlo, tu sitio está en nuestra comunidad. Únete ahora dejando tu nombre y tu correo en el formulario que encontrarás aquí debajo.
Este artículo me parece capcioso y tendencioso. Nadie puede considerarse profesional de una ocupación por el simple hecho de ganar algún dinero en concursos, a menos que ello constituya su exclusiva o principal fuente de ingresos. Escritor profesional no es el que escribe con cuidado sus textos; eso es, simplemente, ser buen escritor (o al menos, intentar serlo). Profesional, ya lo dice la palabra, es el que vive de ello, mejor o peor según los casos, pero obviamente escritor profesional es el que vive de la escritura. Hubo y hay grandes escritores que se mantienen con otros empleos, y que no por ello son escritores menores. Ser «profesional» no significa «tomarse una actividad muy en serio», sino ganarse el sustento con una ocupación, lo cual, eso sí, implica lo primero indicado, pero no tiene por qué ocurrir a la inversa. Por favor, no confundamos interesadamente los términos, con miras a vender más.
Por otro lado, no sé por qué le ha entrado a todo el mundo la manía de que ser escritor es escribir UN solo libro: «Quieres ser escritor y escribir tu libro, ese libro que anida en tu interior», y también ignoro por qué todos suponen que ese libro arquetípico consiste en una novela; ¡hala!, todos a escribir novela, ¿es que ya desparecieron los demás géneros? Ya de entrada parece un poco sospechoso que el auge de las vocaciones novelísticas coincida con el auge comercial de la novela.
Bueno, ya me he quedado a gusto; no sé si publicaréis este comentario…
A mi no me gusta llamarme: escritora profesional, porque tengo otras metas, y escribo por pasión, porque me gusta plasmar mis obras en el papel y que otro las disfrute, me gustan los halagos, que la gente me valore, me gustan los aplausos, y por eso mismo he llegado aquí, para mejorar y alcanzar esos aplausos que sueño tener, pero nunca podré dedicarme a la escritura, porque todo lo que yo quiero hacer en la vida me exige tiempo completo, y también por eso no me llamo a mi misma escritora profesional, ni siquiera escritora, yo solo escribo
Muchas felicidades por crear estos espacios, que en mucho ayuda a hacer realidad lo que un día consideramos imposible.
Saludos
Lilia
¿Cómo puedo registrar mis poemas y novelas si soy Adolescente. ¿cómo es que puedo hacer marketing e invertir en lo necesario para poder mejorar?
Yo comencé mi novela con una simple idea, solo para mí. Pero luego me picó el bichito ese, al de de ser leído me refiero, y me dije: «el texto tiene algo que decir a alguien más que a mí». Además, si una obra, por más brillante que sea la historia, jamás ha de ser leída, no deja de ser más que pensamientos en papel. Por eso, mi novela en curso, esta en plena metamorfosis, hasta que llegue el día de no precisar cambio alguno, y ese día… ese día podré decir: «Al fin, la terminé»
¡Dale! ¡Escribir es una nota! Doibir.
y gracias a Dios por este tan hermoso don de so{ar y plasmar esos sueños sobre hojas de papel, o en la pantalla de mi compu… más sabroso que es escribir.
Hola, He escrito ya varias obras las cuales aún no me atrevo a publicar Y es realmente por el miedo al fracaso Sin embargo sé que es necesario pulir para entregar lo mejor de mi Ánimo todos a hacerlo 1000 gracias