Por qué el escritor debe estar al lado de su obra

Los escritores autopublicados suelen quejarse de que tienen la promoción de sus obras muy complicada: están solos ante el peligro, a menudo sin una noción cierta de lo que deben hacer para llegar a los lectores. Los escritores publicados por editoriales se quejan de lo mismo: sus editoriales hacen poco o nada por dar difusión a su obra y los lectores siguen igual de lejos que antes de publicar. En este hilo de Twitter, sin ir más lejos, se hablaba de ello.

Que la promoción no es sencilla es innegable. Ni de un libro ni de cualquier otro producto. Lo sabemos porque en Sinjania llevamos casi quince años vendiendo y promocionando nuestros cursos y servicios para escritores. La venta siempre exige un laborioso y constante esfuerzo de visibilidad, difusión y promoción, de crear marca y establecer una relación consolidada con el «potencial cliente», sea este un lector, un alumno o el comprador de un tarro de pepinillos.

Por eso los escritores han de ser conscientes de una indiscutible verdad: como autores, deben estar al lado de su obra.

Esa es una premisa que la escritora y experta en marketing editorial Neus Arqués repite sin cesar a lo largo de las páginas de su libro Marketing para escritores (Alienta, 2021), en el que hace un repaso ameno y práctico por los modos de los que el autor de hoy dispone para publicar, promocionar y vender su libro.

El escritor debe estar al lado de su obra

Un escritor debe estar al lado de su obra. Desde luego, debe hacerlo si ha optado por la autopublicación. Pero incluso si su libro ha sido publicado por una editorial, también debe estar junto a él, arropándolo, promocionándolo, trabajando en su visibilidad, explicando a los lectores por qué deben leerlo. En resumen, un escritor debe ser como un padre orgulloso que no cesa de hablar de sus hijos y de buscar oportunidades para ellos.

Quizá hubo un tiempo en que esto no era así. Quizá antes el escritor podía permanecer al margen de la promoción, aislado en su torre de marfil. Probablemente no: los autores siempre se han visto más o menos implicados en la difusión de su obra; especialmente desde el siglo XX, cuando las técnicas de mercadotecnia irrumpieron en nuestras vidas y el escritor comenzó a conceder entrevistas, firmar libros, hacer presentaciones, acudir a ferias y eventos… Aunque ya Charles Dickens organizaba giras para leer sus obras en público en teatros y otros recintos para multiplicar así sus lectores.

De modo que la promoción, el marketing (esa palabra que tan poco parece gustar a tantos de vosotros), también forma parte del trabajo de escritor. Sí, además de concebir la obra, planificarla, escribirla y revisarla, el escritor también tiene que trabajar en su difusión. Hacer cuanto esté en su mano para que los lectores sepan que su libro está en el mercado y que es una lectura a tener en cuenta, porque como insiste Arqués: «sin visibilidad no hay venta».

Desde luego, no tienes que hacerlo si no quieres. Puedes limitarte a escribir y publicar y conformarte con los pocos lectores esporádicos que llegarán a tus costas. Y luego puedes quejarte de que «mi libro no se vende» y de que todo es muy difícil para los escritores.

Pero si estás leyendo este artículo, damos por sentado que tú si estás dispuesto a ponerte al lado de tu libro y a llevarlo de tu mano tan lejos como sea posible.

Qué significa ponerse al lado de tu libro

En realidad, todos los escritores quieren estar al lado de su libro. Lo han ideado, escrito, alumbrado. Han puesto en él horas de trabajo, esfuerzo e ilusión, han vencido dificultades con la trama y los personajes… Y cuando lo finalizan están exultantes: ahí está, una obra de arte dispuesta a proporcionar disfrute, reflexión y goce estético a los lectores. Lo que el escritor anhela es que el número de estos sea cuanto más grande mejor, no necesariamente por una cuestión crematística, sino sencillamente para que su mensaje, su idea, esos personajes… lleguen al mayor número de personas y, quizá, perduren en el tiempo.

El problema es que a menudo el escritor no tiene muy claro qué es lo que tiene que hacer para estar al lado de su obra, ni cuándo debe empezar a estarlo ni por cuánto tiempo lo ha de estar. Es normal, las técnicas de difusión y venta deben ser aprendidas, no es un conocimiento que nadie tenga innato. Toca aprender.

Por lo que si escribes y tienes claro que vas a publicar, debes ir aprendiendo algunos conceptos de marketing y algunas técnicas de venta. Ponte a ello, tienes libros la mar de útiles, como el de Neus Arqués, o cursos completos y bien estructurados como nuestro Curso de Marketing para Escritores, en el que aprenderás cómo construir tu marca personal y articular tu mensaje (siendo tú, sin disfraces), qué acciones puedes hacer para que los lectores os conozcan a ti y a tus libros y cómo crear un plan de marketing a largo plazo que te ayude a conseguir visibilidad y ventas para siempre. ¿Te interesa? Pues puedes comenzar el curso ahora mismo.

Cuándo debe situarse el autor al lado de su libro

Entonces, ¿cuándo debe situarse el autor al lado de su libro?

La respuesta es: desde el primer momento, desde el instante mismo en que comienza a trabajar en él.

Ojo, esto no quiere decir que debas ceñirte a escribir obras comerciales o el género de moda, ni que tengas que pensar tu obra con la mente continuamente puesta en «lo que le gusta al lector» (hay muchos lectores, y no a todos les gusta lo mismo, date libertad para escribir como tú quieras con la seguridad de que, ahí fuera, hay lectores que sabrán apreciar lo que haces si lo haces bien). Lo que quiere decir es que debes tener claro que esa obra será publicada y saldrá entonces a la búsqueda de sus lectores, y comenzar a pensar, por tanto, en qué podrás hacer tú entonces para ayudarla.

Quizá puedas comenzar a conocer mejor el panorama editorial, a conocer sellos y editoriales, a revisar sus catálogos y a pensar en cuál de ellos podría encajar la obra que planeas. Puedes comenzar a buscar contactos en la industria, participando en conversaciones con editores, agentes y libreros en redes sociales, acudiendo a actos, ferias y presentaciones…

En el hilo de Twitter que enlazamos al comienzo de este artículo se dice «para la promoción, las claves son dos: dinero y contactos». Pero, de nuevo, los contactos no son algo que unos traen congenitos mientras otros nacen sin ellos: los contactos se trabajan. Envidiar la suerte del que los tiene es obviar el esfuerzo que ha hecho por obtenerlos. Haz tú el mismo esfuerzo y no tendrás nada que envidiar.

En cuanto al dinero, hoy día internet pone muy fácil conseguir muy buenos resultados con poco o ningún dinero. Pero no es menos cierto que invertir —en una buena portada, en una buena web, en una campaña en redes— ayuda mucho.

En resumen, no esperes a tener tu libro publicado para abrirte entonces precipitadamente perfiles en todas las redes sociales. O comenzar un blog que abandonarás dos meses después (¿quién crees que va a llegar a un blog recién abierto?). O enviar tu original indiscriminadamente a todas las editoriales habidas y por haber… Trabaja desde el principio, así tendrás tiempo para hacer las cosas bien y con cabeza, en vez de arrebatado por la urgencia. Como escritor eres una marca, y una marca no se crea de un día para el siguiente.

También si publicas con una editorial

La visibilidad y la promoción no son tareas que atañen únicamente a los escritores autopublicados. Si eres un escritor publicado por una editorial tradicional también te toca ponerte al lado de tu libro. En el prólogo de su libro, Neus Arqués cuenta que, cuando publicó su primer libro, una amiga le dijo: «Tú disfruta, que de vender ya se encargará la editorial». Pero Arqués lo veía de un modo diferente: «Mi intuición me decía que debía ponerme al lado de mi libro si quería que tuviera una oportunidad. No solo la editorial, yo también tenía que vender».

En un medio editorial como el actual, saturado de novedades, donde la permanencia de un libro en librerías puede medirse en días (Neus Arqués explica muy bien el funcionamiento de la industria editorial de hoy), tu editorial va a apoyar tu obra solo durante un tiempo. Además, tu libro no es el único que tu editor va a estar promocionando, pues por lo general las editoriales tienen varios libros en promoción de manera simultánea. Los recursos que le dediquen serán por tanto limitados.

Si además publicas con una pequeña editorial independiente, esos recursos pueden ser todavía más escasos. De modo que tu apoyo es fundamental, decisivo. La industria editorial es un monstruo desalmado que se alimenta de cantidades ingentes de obras y autores: más te vale sumar fuerzas con tu editor.

Además, hay varios factores más por los que te interesa contribuir decididamente a promocionar tu libro:

  • Te interesa que haya ventas, porque de ellas saldrán tus regalías.
  • Te interesa que haya ventas, porque los editores saben cuánto vende cada autor (hay herramientas para ello) y si tus libros venden poco, se complica para ti el que alguien quiera publicar tus próximas obras.
  • Te interesa que haya ventas, porque los lectores somos seres fieles y, si un escritor nos gusta, buscaremos otros libros suyos, anteriores o posteriores. Es decir, vender el título A singifica que aumentarán las ventas del título B.

No te cruces de brazos a la espera de que tu editor lo haga todo. Neus Arqués recomienda que hables con él y le preguntes en qué puedes echarle una mano; también puedes pensar acciones que puedas emprender al margen de las que haga tu editorial o complementando estas.

Hasta cuándo debe estar un escritor al lado de su obra

¿Hasta qué momento debe estar un escritor al lado de su obra? ¿En qué momento el escritor puede abandonar las labores de promoción? El escritor debe estar al lado de su obra para siempre. Los libros no caducan, así que mientras queden ejemplares en papel y mientras el formato electrónico esté a la venta, tú debes seguir promocionando tu libro.

No importa que el libro haya sido publicado hace tres, cinco o diez años. La buena literatura no pierde nunca vigencia, y si tú mantienes la visibilidad de la obra y su promoción activas, el libro seguirá vivo.

Si has publicado con una editorial, un libro vivo significará reimpresiones, porque el editor sabe que recuperará la inversión. O, si el contrato ha llegado a su fin y decides recuperar los derechos de tu obra, te será sencillo buscar un nuevo editor o ser tú mismo tu propio editor (autopublicar) porque tienes un libro que vende.

Decimos «que vende» o «que se vende», como si el libro tuviera voluntad propia y decidiese venderse o no. Pero en realidad, tras un libro que se vende la voluntad que hay es la de su autor y la de su editor. Ellos hacen que un libro se venda o no.

Y hoy en día, el autor pesa cada vez más. En su libro, Neus Arqués recoge las palabras del editor Ernest Folch:

Siempre nos preguntamos qué factor ha empujado a una persona a comprar un libro. […] Muchos tenemos la sensación de que la editorial influye cada vez menos en el lector a la hora de escoger un libro, y cada vez influye más el autor. El autor se está convirtiendo en la marca.

Pero, como hemos dicho antes, una marca no se crea de hoy para mañana. Hay que encontrar y luego ajustar su mensaje y su voz, lo que implica tiempo. Como hace falta tiempo también para orquestar y realizar las acciones que servirán para hacerla visible ante aquellos a quienes se dirige.

¿Estás tú ya trabajando en tu marca? ¿Eres un escritor que se ha puesto al lado de sus libros o más bien eres de los que se quejan de que no se venden? ¿Qué pasos estás dando para llegar a tus lectores? Hablamos como siempre en los comentarios.

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Otros artículos:

  • Muy interesante, gracias por el artículo. También quería avisaros de que hay un error: En uno de los apartados se dice que el «lector» (en vez del «autor») debe permanecer al lado de su obra. El error se repite en el título y el cuerpo del apartado. Un saludo.

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