La motivación del personaje

Una de las facetas que hay que tener en cuenta cuando se construye un personaje es la relativa a su motivación. La motivación del personaje es uno de los elementos fundamentales cuando se escribe una novela. La motivación siempre es relevante, en cualquier personaje (también en los personajes secundarios), pero lo es especialmente cuando hablamos del protagonista.

La motivación es lo que hay detrás de cada acción que tu protagonista emprende. De hecho, el diccionario de la Real Academia define motivación, en su tercera acepción, como el «Conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona».

Podríamos considerar que el núcleo de una novela —siendo muy restrictivos y algo pedestres— son precisamente las acciones de los personajes: lo que hacen desde que la novela comienza hasta que finaliza. De hecho, sin la motivación, una novela no sería más que la descripción más o menos atractiva de unos hechos. Es justamente la motivación de los actores de esos hechos lo que les confiere un significado más profundo. Y ese significado es lo que interesa al lector.

En resumen, la importancia de la motivación radica en el hecho de que contribuye a que el lector comprenda por qué el personaje hace lo que hace. Cuáles son los factores, internos o externos, que lo impulsan a actuar.

Motivación y objetivo

No se debe confundir la motivación del personaje con sus objetivos. Son elementos diferentes, pero fácilmente diferenciables: el objetivo es lo que el personaje quiere alcanzar, mientras que la motivación es lo que lo impulsa a perseguir ese objetivo.

Más sencillo: lo que quiere el personaje es el objetivo, por qué lo quiere es la motivación.

Tu personaje ha de tener un objetivo: algo que desea alcanzar o bien algo que desea evitar. El conflicto de la trama se relaciona siempre con ese objetivo. Pero, y ahí radica la clave de las buenas obras, eso que el personaje desea se relaciona inevitablemente con todo su patrón de creencias y, como es lógico, con sus motivaciones.

El objetivo de tu personaje puede ser encontrar un tesoro, pero la motivación que lo mueve quizá es ofrecer una vida mejor a su anciana madre. El objetivo de tu personaje puede ser conquistar el amor, su motivación puede ser compensar la falta de cariño que vivió en su niñez.

Como puedes apreciar, la motivación del personaje señala hacia aspectos internos de su personalidad (de ahí que a menudo se relacione con su conflicto interno). Por eso dos personajes podrían querer lo mismo, aspirar a un mismo objetivo, pero hacerlo por razones (motivaciones) distintas.

Si tus personajes, en especial tu protagonista, no tienen una motivación clara, tu historia será inane. El lector no logrará conocer de verdad a tu personaje y, al no comprender qué le impulsa a actuar como actúa, se quedará fuera de la historia.

Una novela es una cadena de causas y efectos, el avanzar por esa cadena es lo que logra crear en el lector una impresión de progreso (así como la construcción adecuada del tiempo del relato). Y entre las primeras causas se encuentra precisamente la motivación del personaje.

Tipos de motivación del personaje

Dado que las motivaciones de un personaje se relacionan con su sistema de valores, con sus creencias, puede haber tantas motivaciones como personajes. Se trata de hacer un buen trabajo previo de construcción del personaje para determinar cuáles son sus valores y creencias y extraer de ellos su motivación primera, más allá de lo que puedan sugerir sus objetivos.

No obstante, hay diversos sistemas de motivaciones que recopilan las que pueden mover a los personajes literarios. En el Curso de Novela nosotros las dividimos en cuatro categorías:

  • motivaciones básicas,
  • motivaciones negativas,
  • motivaciones relacionadas con sentimientos nobles y
  • motivaciones relacionadas con sentimientos perversos.

Entre las motivaciones básicas se encuentran aquellas relacionadas, por ejemplo, con la supervivencia, la curiosidad o la culpa. El instinto de supervivencia puede impulsar a actuar a un personaje; también la curiosidad, un rasgo inherente a la condición humana; o la culpa, que puede mover al personaje hacia la redención o hacia el ocultamiento.

Las motivaciones pueden tener un carácter negativo. Quizá la más elemental entre las motivaciones negativas puede ser el miedo a la muerte, pero también la vergüenza o el dolor pueden hacer que el personaje se ponga en movimiento.

Los sentimientos nobles, como el honor, la lealtad o la obediencia, pueden ser las motivaciones que empujen a tu personaje a perseguir un determinado objetivo. Pero también hay sentimientos perversos como el odio, la avaricia, la venganza… que pueden llevarlo a actuar.

Al construir a tu personaje es importante que te detengas a sopesar uno de estos sistemas de motivaciones para encontrar las que lo animan. Como es lógico, un personaje no tiene por qué tener una única motivación, lo más probable es que sean varias las que lo impulsen. De hecho, uno de los factores que contribuye a la riqueza de los personajes es la variedad de sus motivaciones (que en ocasiones pueden incluso resultar contradictorias).

También debes tener en cuenta que las motivaciones de los personajes pueden cambiar (y sucederá) con el desarrollo de la trama. Por tanto, no solo es necesario que tengas claro qué motivación o motivaciones empujan a tu personaje en un primer momento, sino también qué es lo que empuja cada acción de tu personaje. De este modo lograrás darle más coherencia al personaje y más consistencia al conjunto de la trama.

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La motivación no tiene por qué ser explícita

Por otro lado, no debe perderse de vista que la motivación de los personajes no tiene por qué aparecer de manera explícita en la novela como detonante de la acción. Tampoco el objetivo. Es decir, la secuencia no tiene que ser motivación > objetivo > acción.

Hace no mucho, una alumna nos planteó el caso de Moby Dick, la novela de Herman Melville. Victoria nos explicaba que en la novela de Melville, la motivación del protagonista para lanzarse a la mar es, textualmente: «No tener ninguna motivación en tierra y querer descubrir la parte líquida del mundo»; y que es más adelante en la historia, cuando ya ha zarpado con la nave ballenera, cuando surgen todo tipo de complicaciones y aventuras, ajenas al protagonista, que determinan su porvenir.

Al preguntarse por la trama y el desarrollo de la novela, Victoria observaba que no se da una decisión personal de cambio por parte del protagonista, sino una serie de acontecimientos con los que se encuentra y a los que debe hacer frente.

Como veis, las preguntas que nos plantean los alumnos son siempre la mar de interesantes. Es lógico que al conocer un poco más sobre narrativa y creación literaria se empiecen a buscar los porqués y a analizar las obras literarias de todos los tiempos (amén de las propias) con unos ojos más expertos e inquisitivos.  

Tal vez, lo que descolocaba a Victoria era, justamente, la motivación del personaje («Llamadme Ismael»), que parece poco concreta. Simplemente se enrola porque no quiere estar en tierra y quiere descubrir cómo es la vida en el mar. Esa motivación, sin embargo, aunque pueda parecer insuficiente, es común en muchas obras que tienen el mar por escenario (por ejemplo, en los cuentos de Joseph Conrad o de Jack London). Tal vez porque hubo una época en la que el mar tenía esa aura de aventura, de vida errante y libre, frente a las imposiciones de tierra firme. Un aura que la literatura contribuyó a construir. Así que la motivación del personaje de Melville sería muy comprensible para los lectores de la época.

Pero, por otro lado, no hay que perder de vista que el cambio del personaje (y ni siquiera los avatares en los que se ve inmerso) tienen que ser propiciados o deseados por el personaje. El conflicto estalla casi siempre al margen de la voluntad del personaje, y a este no le queda otro remedio que capear el temporal. Y en ese intento de hacer frente al conflicto, se da su cambio interior (que, por otro lado, no tiene que ser positivo).

Aunque es un tipo de historia muy diferente de la de Herman Melville, Gregor Samsa, el protagonista de La metamorfosis, no quiere despertar convertido en insecto. Simplemente sucede, y él tiene que afrontar cómo mejor puede unas circunstancias que escapan a su control.

Puede, por tanto, haber personajes activos que proponen su cambio, que desean alcanzar algo y ahí está su motivación. Otros podríamos decir que son pasivos y lo que tratan es de intentar sobrenadar las circunstancias, volver a un punto de equilibrio, y esa sería justamente su motivación.

¿Sueles tú preguntarte sobre la motivación de tus personajes cuando los concibes y mientras escribes? ¿Usas algún sistema de motivaciones que quieras compartir? ¿Prefieres los personajes activos o los pasivos? Esperamos tus aportaciones sobre este tema en los comentarios.

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13 COMENTARIOS


Otros artículos:

  • Me encantó! Si tienen estrategias para conocer las motivaciones de sus personajes, me harían de mucha utilidad. Estoy intentando crear mi primer novela. Aún no empecé a escribir pero espero ir por buen camino. 😥

    • Hola, Micaela:

      Las motivaciones de los personajes no es algo que el escritor tenga que conocer, sino, antes bien, es algo que tiene que decidir. Tú eres quien creas el personaje y quien en consecuencia le da todas sus características, también sus motivaciones.

      Abrazos.

  • Gracias sinjania!!! gracias por la información es muy pero muy buena, la estoy colocando en mi proyecto de tesis pero necesito el nobre de uno de los autores para poder ponerlo el la bibliografía.
    gracias por su respuesta .

  • Gracias sinjania!!! Es sorprendente que haya distintas motivaciones. Me ha facilitado como mi protagonista por la curiosidad de descubrir que hay más allá de su mundo cerrado . Lo que ayudará a que crezca tanto interior como exterior

  • Estoy escribiendo con un americano que lo que mejor hace es estructurar la historia según lo que debe venir. Me esulta muy cansador hacer ésto y le he preguntado que motivación tiene el personaje principal para hacer tales cosas. El esta muy ocupado en agradar al público.

    • Hola, Jorge:

      La mejor manera de agradar al público es escribir una historia sólida, en la que el lector comprenda con claridad los motivos que tienen los personajes (en especial el protagonista) para actuar como lo hacen.

      Saludos.

  • Hola… sigo leyendo, dándome el tiempo… Los artículos del blog. Gracias por compartir tanta y tan buena información.
    Ahora, quisiera saber cual de vuestros cursos me recomiendan para perfeccionarme en el tema de lo que motiva a los personajes, los ambientes que influyen en sus decisiones, las admosferas, etc.
    ¿El curso como escribir una novela (https://www.sinjania.com/curso-de-novela/) abarca estos conceptos?

    Nuevamente gracias

    • Hola, Francisco:

      Sí, en el curso Cómo escribir una novela encontrarás un tema completo dedicado al desarrollo del personaje y hojas de trabajo que te ayudarán a perfilarlo.

      El resto del temario también te dará las nociones necesarias para que sepas cómo influyen los distintos elementos de la trama en el protagonista.

      Saludos.

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