Has terminado tu obra, la tienes calentita entre tus manos, y comienzas a sopesar las diversas posibilidades que tienes a tu alcance para lograr que se reúna con sus lectores: tal vez decidas enviarla a un concurso, buscar un editor o incluso publicarla tú mismo.
Pero la pregunta más importante que un escritor con una obra recién terminada debería hacerse no es qué puede hacer con ella para lograr que sea publicada; antes bien, la pregunta que debería hacerse es si su obra está terminada de verdad y, en especial, si es todo lo buena que puede y debe ser.
Publicar un libro es importante, cada título publicado es un hito para el escritor. Pero la realidad es que a menudo ese original recién finalizado no tiene la calidad necesaria para ser publicado. Puede flojear en muchos aspectos y esas flaquezas van a dificultar que un editor, el jurado de un concurso o cualquier lector se fijen en él.
Por eso, antes de sopesar la posibilidades de publicación disponibles para tu obra, deberías valorar si quizá te convenga someterla a un proceso de editing.
Sabemos que algunos de vosotros no dais demasiada importancia a la perfección de la obra. Confiáis en que la trama, lo que sucede, conquistará a quien la lea, ya sea un editor, ya el jurado de un concurso. Y ese lector hará la vista gorda ante algunos fallos que pueda haber porque la historia lo llevará en volandas.
La realidad es algo más ingrata. Por buena que sea la historia, un editor, un jurado o un buen lector valorarán en ella mucho más que el argumento de tu obra.
Un cuento, una novela, son mucho más que una historia, lo que sucede. Son una forma de arte. Y por eso al margen de su argumento importan los elementos que has usado para componerlos: el desarrollo de los personajes, el equilibrio entre sus partes, el manejo del lenguaje y de los recursos estilísticos, la presentación del conflicto… Eso es lo que juzgará quien lea tu obra, y por eso es por lo que debes asegurarte de que cada elemento ha sido bien usado y cumple su función.
Qué se hace durante un proceso de editing
La labor de editing es por tanto una revisión de tu original destinada a mejorarlo. Lo cual no quiere decir que tu obra no sea buena. Sin embargo, siempre es posible pulirla, hacerle pequeños retoques que la enriquezcan.
Esa revisión la hace un profesional que tiene tanto la formación como la experiencia para juzgar tu obra y detectar sus puntos de mejora. Hay diferentes modos de trabajar durante un proceso de editing, pero por lo general el profesional encargado de realizarlo no intervendrá en tu obra: no reescribirá nada ni hará enmiendas o correcciones. Únicamente te anotará sus impresiones y sugerencias, argumentando por qué te recomienda hacer diversos cambios.
Así al menos trabajamos nosotros a través de las Asesorías de Proyectos Narrativos.
El editing no es una corrección de estilo, ni tampoco una corrección ortotipográfica. Ten presente que revisar los elementos narrativos del libro implica un tipo de lectura distinto del necesario cuando se está a la caza de faltas de ortografía y errores gramaticales o de deficiencias de estilo. Sin embargo, en nuestros editings sí que acostumbramos a señalar los errores de ortografía, gramática y estilo que se detectan con más frecuencia en tu texto para que puedas corregirlos por ti mismo (aunque cuando son muchos lo mejor es ponerse en manos de un corrector profesional).
Seis motivos por los que puedes necesitar contratar un editing
1. Eres consciente de que tu obra tiene errores
Has sometido tu obra, como es debido, a varios procesos de revisión. Sin embargo, cada vez que lo haces encuentras algún nuevo fallo: inconsistencias, fallos en la cronología, partes donde la trama flojea, personajes planos…
Es perfectamente normal que esto suceda, ya que como autor estás demasiado «dentro» de la obra para ser consciente de lo que en ella pueda estar mal. No lees, sino que «recuerdas» lo que crees haber escrito, y eso hace que no veas lo que realmente hay en la página.
Nada mejor que confiar en la mirada externa de un experto que no solo conozca bien los elementos que componen una obra literaria y sus posibles usos, sino que aborde la lectura con ojos frescos, que se adentre en la obra por primera vez.
2. No confías en ti mismo
Si sufres el síndrome del impostor o eres demasiado exigente o perfeccionista puedes sentirte incapacitado para juzgar tu propia obra.
También puede suceder que, consciente de que no tienes suficientes conocimientos sobre narratología, confías en que alguien que sí los tiene puede valorar de manera más informada tu texto. Un profesional sabrá identificar fortalezas y debilidades que a ti, por tu falta de experiencia, pueden pasarte desapercibidas.
3. No has logrado publicar tu original
Publicar un libro es un proceso largo, cualquier autor que lo haya intentado lo sabe. No es sencillo que una editorial acepte una obra y lo normal es tener que hacer múltiples intentos, recibir varios noes y algunos silencios.
Pero si tu obra ha sido rechazada en demasiadas ocasiones, tal vez sea hora de que te plantees que alguien experto te ayude a corregir los fallos que los editores están viendo y que son causa de que rechacen publicar tu obra una y otra vez.
4. No tienes tiempo para hacer una revisión exhaustiva tú mismo
Es habitual que los escritores compaginéis vuestra carrera de escritor con otras responsabilidades: el trabajo, la familia… En ese contexto puede suceder que no dispongas del tiempo preciso para dedicar a tu obra una lectura atenta, inmersiva, consciente, que te ayude a detectar sus posibles fallos y a pensar opciones para mejorarla allí donde sea posible.
Un profesional la someterá a una revisión exhaustiva y te señalará, en un plazo breve, todos los puntos en que la obra puede necesitar más trabajo. En nuestro caso te entregamos un análisis que puedes conservar para continuar trabajando en tu obra a tu ritmo.
5. No sabes leer en profundidad
Hemos dicho que para poder valorar una obra es necesario leer de forma inmersiva y consciente.
Para hacer esa lectura consciente es necesario tener unas ciertas nociones tanto de literatura como de narratología y tener un largo camino de lecturas a tus espaldas.
Si crees que no estás lo suficientemente preparado para realizar ese tipo de lectura, es mejor que te pongas en manos de un profesional.
6. Es tu primera novela
La veteranía es un grado, pero cuando uno es novato en un oficio es perfectamente comprensible que se cometan errores, sobre todo si no se tiene una base adecuada de conocimientos y un buen bagaje lector.
Es casi seguro que tu primera novela tendrá fallos.
Un profesional será capaz de señalártelos y te dirá con honestidad si tu novela puede aspirar a ser publicada. También te dará indicaciones que te ayuden a solventar sus errores y a convertirla en una obra digna de salir al encuentro del lector.
Si te has reconocido en alguno de los puntos anteriores, es probable que necesites contratar un editing que te ayude a darle el toque final a tu manuscrito. Lo bueno es que al hacerlo obtendrás dos beneficios: por un lado, la revisión de tu obra y diversas sugerencias que podrás aplicar en su mejora; por otro, una clase práctica que te ayudará a conocer mejor tu escritura, sus potencialidades y aquellos puntos en los que debes trabajar más para alcanzar la excelencia.
Pero no pierdas de vista que si tienes buenos conocimientos de narrativa y eres un buen y asiduo lector es muy probable que estés de sobra capacitado para revisar y pulir por ti mismo tu original.
¿Has llegado a contratar un editing alguna vez? ¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Crees que necesitas uno para tu obra o te consideras capacitado para hacerlo por ti mismo? Abrimos debate en los comentarios.
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Hice un comentario y veo que no aparece. Imagino que no aprobó la supervisión y no sé por qué…
Salut
¿Es lo mismo Editing que Informe de Lectura?
Hola, Juan:
No, un editing y un informe de lectura no son lo mismo. Un informa de lectura se centra (auqnue no únicamente) en el valor comercial de la obra: género, público potencial, etc.; mientras que el editing lo hace en el valor literario de la obra.
Saludos.
Tengo más confianza en mí que en un editor asequible, al menos en algunos aspectos como la gramática y la ortografía. Tengo mala experiencia con ellos. He aprendido a diagramar y a diseñar, precisamente por los disgustos. En cuanto al contenido confío más en el primer lector y en otros que selecciono por ser buenos lectores. Las grandes editoriales, quizás más profesionales, son impagables para mí. Reviso exhaustivamente y me asesoro.