La falta de tiempo es uno de los males de nuestra época. Llevamos vidas exigentes, cuajadas de tareas y obligaciones; y, de nada sirve negarlo, a menudo nos dejamos entretener por actividades irrelevantes. Siendo así, quienes tienen el proyecto de escribir una novela o de desarrollar una carrera literaria se encuentran en la necesidad de encontrar tiempo para escribir.
Muchas personas dicen no encontrar el tiempo para trabajar con dedicación y constancia en sus obras. Cuando faltan horas en el día para atender a todas las obligaciones y a las necesarias devociones, ¿cómo darle un espacio también a la escritura? Máxime cuando la escritura, por ser una actividad intelectual, requiere periodos de trabajo extensos que faciliten la concentración, que permitan fijar la atención de manera sostenida en la tarea.
Como todavía estamos a principios de año, vamos a repasar algunas ideas que, esperamos, te ayuden a repensar tus rutinas y te faciliten el encontrar ese tiempo para escribir que siempre se muestra tan esquivo.
Necesitas tiempo de calidad
Sin embargo, es necesario que tengas en cuenta que el tiempo que necesitas para dedicar a la escritura debe ser tiempo de calidad y, en lo posible, agrupado en periodos extensos.
Escribir es una actividad muy exigente, que demanda concentración. Es preciso que puedas sumergirte en la tarea sin distracciones ni interrupciones, enfocándote en ella con cada fibra de tu ser. Solo así darás lo mejor de ti, porque fomentarás la autoexigencia y llevarás tus capacidades hasta el límite. Solo así crearás una obra que merezca la pena.
Trabajando concentrado es como llegarás a un mejor conocimiento del oficio de escritor, de sus herramientas y recursos, de cómo te gusta usarlos a ti y de tu propio proceso de escritura.
De las ventajas de escribir concentrado ya hemos hablado en otro artículo. Te invitamos a leerlo.
Por todo ello, el tiempo que necesitas para escribir no puede ser un tiempo fragmentado, veinte minutos aquí y media hora allá. Es necesario que reserves periodos de tiempo largos, que te permitan la necesaria concentración; programar sesiones de escritura extensas que posibiliten que esa concentración dé sus frutos.
Seguramente ahora estás pensando que acotar esos periodos de tiempo amplios para escribir no es posible para ti. Pero lo más probable es que no sea verdad.
Sí que tienes tiempo
Lo primero que debes tener claro es que sí que tienes tiempo para escribir. Pocas deben de ser las personas que de verdad tengan agendas tan apretadas que realmente no puedan liberar en su horario el tiempo necesario para trabajar en sus obras.
Tienes el tiempo, pero lo más probable es que necesites reorganizar tu agenda y modificar tu rutina. En definitiva, que necesites cambiar hábitos, algo que nunca resulta fácil porque, sencillamente, nuestro cerebro prefiere que no lo hagamos; ya sabes, por aquello de la zona de confort.
A nuestro cerebro no le gustan los cambios porque no sabe si esos cambios pueden suponer una amenaza. Por eso te disuade de que emprendas modificaciones en tu día a día, haciéndote creer que cualquier variación va a suponer demasiado esfuerzo y causar excesivos trastornos.
Para contrarrestar las añagazas de tu cerebro debes pensar fríamente, con honestidad y sin victimismos en los cambios que necesitas hacer para disponer de ese tiempo para escribir que ahora te falta.
Repasa tus hábitos y rutinas
De modo que siéntate con papel y bolígrafo y repasa tus horarios, todo lo que haces a lo largo del día (también los fines de semana) durante un par de meses. Si llevas una agenda te será sencillo —si no echa mano de tu memoria—: revisa qué tareas y actividades realizaste en el último mes y cuáles tienes previsto hacer en los próximos treinta días.
Al hacer este ejercicio es posible que te des cuenta de que tienes más tiempo del que pensabas. Tardes libres, mañanas vacías… Pero si no es así, busca esos tiempos muertos que quizá puedas aprovechar, comprueba si hay tareas que puedas agrupar o reorganizar para optimizar mejor tu tiempo; pregúntate si hay cosas que puedes dejar de hacer o que puedas delegar (no todo tiene que recaer sobre tus hombros).
Pero hemos dicho que el tiempo para escribir que necesitas debe ser de calidad, que no vale utilizar los huecos entre una actividad y otra para aprovechar a escribir un puñado de palabras. Escribir así impide justamente la concentración, porque tu cerebro no ha abandonado del todo la tarea anterior (es lo que se llama residuo de atención), al tiempo que ya está empezando a pensar en la que le ocupará a continuación.
Por tanto, al repasar tus hábitos y rutinas debes centrarte en despejar periodos de tiempo extensos que puedas dedicar a escribir. Es mejor agrupar tiempos muertos y reservarse sesiones de un par de horas dos o tres veces a la semana que sacar el cuaderno o el móvil para escribir unos cientos de palabras mientras aguardas en la cola del supermercado.
Controla tus malos hábitos y ladrones de tiempo
Si eres de los que dicen que no tienes tiempo para escribir, casi seguro que los malos hábitos de productividad (como la multitarea) y los ladrones de tiempo están haciendo de la suyas en tus jornadas.
No pasa nada, es algo muy habitual en nuestros tiempos, precisamente porque tendemos a la distracción en vez de a la concentración y porque hemos permitido que muchas tareas triviales ocupen nuestro día a día. Las redes sociales, las plataformas de series y películas, la televisión… ocupan nuestro tiempo sin aportarnos en realidad nada relevante.
En España, el consumo televisivo es de casi cuatro horas al día por persona. A las redes sociales les dedicamos más de una hora y media. La suma de ambas cifras arroja un total de más de cinco horas que podrían ser rescatadas para escribir (y para leer, la otra gran tarea pendiente de muchos escritores noveles).
Seguramente tú no dediques tanto tiempo a la tele y las redes, pero es muy probable que dediques más del que piensas. Haz el siguiente ejercicio: suma durante una semana cada minuto que dediques a ver películas, series o tu concurso favorito y a wasapear o mirar Instagram o YouTube. Es más que probable que la cifra total te sorprenda. Y ahora piensa en si no podrías dedicar ese tiempo a escribir y lo que avanzarías en tu obra si así lo hicieses.
Renuncia
Claro que te encanta ver ese concurso, o las maratones de series de los sábados o ver vídeos de tus canales de YouTube favoritos (como el nuestro). Pero si de verdad quieres dedicar más tiempo a la escritura, si de verdad estás comprometido con la idea de encontrar tiempo para escribir es muy probable que tengas que renunciar a algo.
Casi seguro que las actividades a las que debas renunciar sean ocupaciones triviales, porque, como acabamos de ver, les dedicamos mucho tiempo. Pero quizá suceda que, en tu caso, tengas que elegir entre actividades que también te enriquecen y te nutren, como lo hace la escritura.
Si has hecho un repaso exhaustivo de tu agenda y has encontrado que en ella hay pocos huecos, y si has fiscalizado con atención tus malos hábitos y tus ladrones de tiempo para descubrir que no los tienes (¡enhorabuena!), entonces debes plantearte a qué puedes renunciar en favor de la escritura y si quieres hacerlo. Tal vez este sea el momento de decidir entre tus dos pasiones.
La escritura, por su exigencia, es una actividad que demanda tiempo, formación, concentración. A menudo no puede compatibilizarse con otras actividades que sean igualmente demandantes.
Quizá ha llegado el momento de preguntarte por tu compromiso con la escritura, por la relevancia y el peso que quieres que tenga en tu vida, de preguntarte si deseas de verdad escribir esa novela, desarrollar una carrera de escritor estable y próspera… Solo tú tienes la respuesta, pero cuando la halles, te toca actuar en consecuencia.
Adjudica un tiempo para la escritura en tus rutinas
En resumen, se trata de ser sincero contigo mismo y reflexionar sobre cómo de importante es la escritura para ti. Quizá no sea una actividad tan significativa y, en consecuencia, no estés dispuesto a hacer cambios en tu vida ni a renunciar a nada de lo que ahora ocupa tu tiempo.
Pero si, al pensar honestamente en la escritura, comprendes que deseas que tenga un lugar central en tu vida, entonces toca asumir cambios.
Elimina malos hábitos, desecha de tu día a día actividades triviales que, además, contribuyen a dispersarte y reorganiza tus rutinas para disponer de periodos extensos de tiempo de calidad durante los cuales puedas trabajar concentrado en tu obra. Tu escritura y tu ánimo te lo agradecerán.
¿Eres tú de los que no tiene tiempo para escribir?, ¿te has parado alguna vez a intentar localizar tus ladrones de tiempo y reorganizar tus rutinas?, ¿qué resultados obtuviste? Comparte tus ideas y tu experiencia en los comentarios.
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Me gustaría ser un escritor profesional. ¿He estado buscando una forma legal de hacerlo? ¿Pueden ayudarme brindándome más información al respecto?
Me encanto el artículo, yo tenía un proyecto que estaba retrasando desde el año pasado, ahora con estos consejos este año podre terminarlo de escribir. Excelentes consejos, gracias y saludos.
Preciso podría juzgarse que comencé a escribir ayer, pero no. Tuve claro cuando no podía entregarme a esta labor, así, de lleno, que debía aguardar. Ahora el tiempo al cien es mío, no tengo hijos ni mar ido, tampoco estrés. Si, el tiempo lo roban: hago yoga, luego escribo toda la mañana. La tarde la uso para corregir textos y salir a charlar a cafés con conocidos. Creo que hay que centrarse, en eso estoy en mi centro. Gracias, Natalia. Siempre escribes asuntos valiosos.