Que un texto literario está compuesto por diversos elementos es algo que seguramente ya sabes. Los principales de ellos están a la vista en cualquier obra: el personaje, la acción, el narrador…, aunque esos no son los únicos; hay otros elementos menos evidentes, pero igual de importantes, que juegan un papel determinante en la confección del texto. Conocer esos elementos es imprescindible para un escritor. Solo ser consciente de ellos puede llevarle a hacer un buen trabajo.
Con frecuencia se compara esos elementos del texto literario a los engranajes de un reloj: diversas piezas que deben actuar juntas para que el instrumento —el reloj— funcione y cumpla su cometido de marcar la hora. El relojero debe conocer cada uno de esos engranajes, saber para qué sirven y cómo funcionan; solo así puede montar la máquina o arreglarla si se estropea. Lo mismo sucede con el escritor: si conoce los engranajes del texto literario, los elementos que lo componen, puede montar los de su obra con eficacia y ser capaz de detectar si algo no funciona y corregirlo.
¿Cuáles son, entonces, los elementos que componen el texto literario? Dedicaremos un par de artículos —el de hoy y el de la próxima semana— a repasarlos y lo haremos con la ayuda del profesor de Teoría de la Literatura Javier Aparicio Maydeu y la del inmortal Jorge Luis Borges.
Tema del traidor y del héroe
En su obra El desguace de la tradición, Javier Aparicio Maydeu menciona el relato de Borges titulado «Tema del traidor y del héroe», incluido en el volumen Ficciones, y dice: «Tal vez la lectura de este relato valga como un curso en miniatura de narrativa contemporánea». A su juicio, Borges despliega en el relato «los elementos que constituyen un texto narrativo, a saber, el autor implícito no representado, el narrador, la voz narrativa, la peripecia, la acción, el héroe, el espacio, el tiempo, el punto de vista, el estilo, el propio proceso creativo, la autoconsciencia metanarrativa y la inevitable influencia de la tradición».
Hagamos un rápido repaso por esos trece elementos a la luz del propio relato de Borges. Te resultará más sencillo comprenderlos si antes lees «Tema del traidor y del héroe», es un relato muy breve (en torno a las mil palabras) y puedes encontrarlo aquí. No obstante, también te lo resumimos a continuación.
El relato, explica Maydeu, es «un relato de ficción cuyo tema es el propio proceso de creación de un relato de ficción». «Tema del traidor y del héroe» cuenta la historia de Ryan, bisnieto del —imaginario— héroe revolucionario irlandés Fergus Kilpatrick, quien escribe una biografía sobre su bisabuelo en el aniversario de su muerte. Al hacerlo, descubre que en la muerte de su bisabuelo, que murió asesinado en un teatro la víspera de la revolución que había planeado, hay curiosas coincidencias con la muerte de Julio César. Y esa no es la única coincidencia entre la vida de Kilpatrick y otras de las tragedias de Shakespeare. Ryan descubre entonces que James Nolan, «el más antiguo de los compañeros del héroe, había traducido al gaélico los principales dramas de Shakespeare»; también descubre que su abuelo ordenó, en el último cónclave de los conjurados antes de la revolución, la ejecución de un traidor infiltrado entre ellos y que previamente había ordenado a Nolan desenmascarar. Así, Ryan comprende que Nolan había descubierto que el traidor era el mismo Kilpatrick, pero para no perjudicar a la revolución en ciernes, cuyo principal representante para el pueblo era este último, decidió que la ejecución del traidor se usaría para provocar el estallido revolucionario deseado. Así, Nolan usó lo que sabía de las tragedias de Shakespeare para convertir al traidor Kilpatrick en un héroe cuya muerte llamara a la revolución y que, al tiempo, quedara para siempre en el imaginario colectivo.
Ahora que conocemos un poco mejor el relato de Borges, analicemos los elementos literarios que lo componen, de acuerdo con Javier Aparicio Maydeu.
Los elementos del texto literario
1. El autor implícito no representado
El primero de los elementos mencionados es el autor implícito no representado. Todo texto literario tiene un autor —el escritor—, aunque por lo general no aparece de manera explícita en el texto. Conviene distinguir entre autor, narrador y protagonista, porque habitualmente no son lo mismo, como ya explicamos en este otro artículo.
Aunque el autor no aparezca en el texto, no por ello el lector deja de recrearlo. El autor implícito es la imagen ideal que el lector se crea del autor a partir de los datos que el texto le proporciona, una imagen que no necesariamente coincide con el autor real, pero que sobrevuela como una sombra toda la obra.
En el relato de Borges el autor implícito no representado es un trasunto del propio Borges, quien parece compartir con el lector sus ideas para un próximo relato, aunque en realidad esa narración es ya en sí un relato que comienza con las palabras:
Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor y exornador de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles. Faltan pormenores, rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así.
2. El narrador
El siguiente elemento del texto es el narrador. El narrador es la voz que cuenta, una herramienta al servicio del escritor, quien la usa para transmitir y articular la historia.
La elección del narrador es una decisión importante cuando se planea una obra. En «Tema del traidor y del héroe», el autor que habla sobre la historia que proyecta escribir ya ha decidido quién será el narrador de ese relato que imagina: «El narrador se llama Ryan; es bisnieto del joven, del heroico, del bello, del asesinado Fergus Kilpatrick».
Reparemos en que si bien Ryan va a ser el narrador del relato cuyo proceso de creación se nos cuenta, «Tema del traidor y del héroe» tiene a su vez su propio narrador, ese que que suponemos que es Borges.
3. La voz narrativa
La voz narrativa es la voz que adopta el narrador para contar la historia. Y, como es lógico, sus características vendrán dadas por quién sea ese narrador tanto en lo relativo al uso del lenguaje (por ejemplo, si es un niño o quizá un médico), como en lo relativo a la perspectiva: es un narrador en primera o en tercera persona, narra desde fuera o desde dentro de la historia.
En el relato que planea escribir ese trasunto de Borges el narrador es Ryan, el bisnieto de Fergus Kilpatrick, de modo que podemos deducir que narrará en primera persona lo relativo a su propia investigación sobre la vida de su bisabuelo, historia que cuenta desde dentro; pero parece lógico suponer que elegirá la tercera persona para narrar los últimos días de Kilpatrick y lo relativo a la artimaña de James Nolan, historia que narrará desde fuera.
Fíjate que también en el texto de Borges la voz narrativa varía. Al comienzo el narrador usa la primera para presentar ese relato que planea escribir: «Bajo el notorio influjo de Chesterton […] he imaginado este argumento…». Y usa la tercera para narrar todo lo que Ryan descubre: «Ryan, dedicado a la redacción de una biografía del héroe, descubre que el enigma rebasa lo puramente policial».
Pero la voz narrativa también viene marcada por otros factores, como el tiempo. Hay que considerar desde qué momento cuenta el narrador: ¿cuenta hechos del pasado?, ¿cuenta hechos del futuro?, ¿o la narración es simultánea a los hechos narrados?
4. La peripecia
La peripecia es ese cambio repentino o suceso inesperado que altera por completo una situación, alterando el curso de los acontecimientos y cambiando el discurrir de la trama. En resumen, la peripecia es lo que habitualmente conocemos por punto de giro.
En «Tema del traidor y del héroe» el autor propone varias peripecias que incluirá en su relato. La primera, el descubrimiento de los paralelismos entre los últimos días de Fergus Kilpatrick y la trama de algunas tragedias de Shakespeare. Ese descubrimiento se complementa con el de que James Nolan tradujo al gaélico varias obras del dramaturgo inglés. También son peripecias el descubrimiento de que el propio Kilpatrick era el traidor que los conjurados buscaban o la decisión de Ryan de no desvelar la verdad sobre su bisabuelo y mantener el mito del héroe.
5. La acción
En narrativa, la acción se refiere al desarrollo de eventos y situaciones que ocurren en una historia. Es el conjunto de acciones realizadas por los personajes que impulsa la trama y lleva la historia hacia adelante. La acción implica tanto movimientos físicos como emocionales de los personajes, así como la secuencia de eventos que se desarrollan en el relato.
En «Tema del traidor y del héroe» tenemos dos secuencias de acciones: la de Ryan investigando la vida de su bisabuelo y la del propio Fergus Kilpatrick y los conjurados. Los descubrimientos de Ryan (acciones) irán arrojando luz sobre los últimos días de Kilpatrick y los conjurados, con especial hincapié en el plan de Nolan para convertir a Kilpatrick en un héroe (acciones) a pesar de su condena a muerte. Nótese también como la decisión final de Ryan de no revelar la verdad sobre la traición de su bisabuelo es también una acción, aunque se trate de un movimiento emocional, fruto de la reflexión.
6. El héroe
En «Tema del traidor y del héroe» tenemos un héroe en su sentido tradicional: Fergus Kilpatrick, al que la creatividad de James Nolan convierte en el héroe de la revolución irlandesa. Pero en narrativa el héroe es el protagonista, el personaje principal que llevará el peso de la acción.
En el relato cuyo proceso de creación se nos cuenta, el protagonista parece, sin embargo. Ryan. Es él quien investiga la vida de su antepasado, quien va descubriendo una realidad impensada y quien, finalmente, decidirá preservar la imagen del héroe, acatando los designios que muchos años atrás decidió James Nolan.
Aunque podemos suponer que también Fergus Kilpatrick (y quizá incluso el demiurgo James Nolan) va a desarrollar un papel importante como personajes de la narración.
Hemos repasado hasta aquí seis de los trece elementos que Javier Aparicio Maydeu propone como propios de la obra narrativa contemporánea. La semana próxima proseguiremos nuestro recorrido por los siete restantes. Quedas emplazado.
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