Por qué no debes tener miedo a que te roben las ideas

Seguro que te ha pasado en alguna ocasión: tienes miedo a que te roben las ideas. Ya sabes, esas valiosas ideas de escritura, futuros relatos o novelas, que atesoras con cuidado. Esas que planeas convertir en textos brillantes, en obras bien resueltas.

Esa reticencia que muestras a menudo a hablar de tus obras es fruto de ese miedo. No quieres contarle a nadie el argumento de tu novela, prefieres no hablar de esa colección de personajes que te visitan periódicamente, no vas a compartir el enfoque tan interesante y novedoso que planeas darle a ese tema que siempre te ha interesado…

Por eso te muestras reacio a hablar de tus ideas en una conversación con un amigo escritor o no puedes evitar la inquietud que te aqueja cuanto te planteas dar a leer tu borrador. El miedo a que te roben las ideas está haciendo su efecto.

Es lógico abrigar ese tipo de miedos. Consideramos nuestras ideas muy valiosas (y a menudo lo son) y además suelen ser algo íntimo, resultado de nuestra experiencia y de nuestros conocimientos. Sí, hasta esas ideas que brotan de pronto como una chispa tienen su origen en todo aquello que has aprendido y vivido a lo largo de los años.

Sin embargo, ese miedo a que nos roben las ideas puede resultar contraproducente. Quizá ese amigo escritor podría hacerte una aportación interesante si le hablaras sobre la idea para escribir una historia que tienes en mente. Sin duda tus lectores beta te ayudarían a solventar problemas de tu obra y te harían comentaros provechosos. En resumen, tus ideas, tu escritura y tus obras podrían verse beneficiadas si perdieras ese miedo a compartirlas, a hablar de ellas con otros.

Vamos a repasar algunos puntos sobre las ideas, la creatividad y el trabajo de escritor que quizá te ayuden a superar ese miedo, si es que te encuentras entre los que lo padecen.

Las ideas no se pueden robar

Debes saber, para tu tranquilidad, que las ideas no se pueden robar. No meramente porque sean algo inmaterial e inasible, sino por la manera en que se forman.

Hemos dicho que las ideas son fruto de nuestras experiencias vitales y de nuestros conocimientos, de todo aquello que hemos aprendido y vivido a lo largo de los años. Esas experiencias, ese aprendizaje se amalgaman, se condensan y, un día, cristalizan y dan fruto: la idea.

Pero, como comprenderás, tu experiencia vital es única, nadie más tiene una experiencia como la tuya: nadie ha vivido las mismas cosas, ni las ha experimentado de la misma manera, ni tiene el mismo carácter que tienes tú.

Lo mismo sucede con el conocimiento: incluso aunque dos personas aprendan lo mismo no lo integran de la misma manera, precisamente porque el conocimiento se fusiona con la experiencia, con el carácter individual de la persona.

De modo que si tú le cuentas a alguien esa idea tan fantástica que hace tiempo que abrigas en tu interior, dándole calor a la espera de que eclosione, la persona con la que la compartas verá en ella algo completamente distinto a lo que ves tú. Porque su experiencia y su conocimiento lo llevarán con toda seguridad a contemplarla desde otra luz, a encontrar en ella otras posibilidades.

La idea que tú explicas y la que tu oyente recibe ya no son la misma idea. Incluso aunque esa otra persona se decidiera a ejecutarla, a ponerla en práctica y convertirla en un relato o una novela, tendría muy poco en común con la idea original que tú tenías.

El proceso de escritura impide el robo de ideas

Por si lo anterior no te parece suficiente, todavía hay un motivo más para que te sientas tranquilo y pierdas el miedo a que te roben las ideas: el proceso de escritura hace muy difícil que ese robo sea significativo.

Porque, a una misma idea, cada autor la desarrollará de una forma distinta, con herramientas diferentes y con un estilo propio.

Tus recursos para desarrollar una idea, las herramientas que vas a emplear y el modo en que lo harás, no son las mismas que elegirá y usará ningún otro escritor. Porque, aunque los elementos de un texto literario son, más o menos, fijos, sus posibilidades de combinación son infinitas.

Quizá tú elijas un narrador en primera, mientras que otro autor elija uno en tercera. Tus personajes no tendrán nada en común con los que podría desarrollar otro autor. La estructura y el manejo del tiempo serán distintos en cada caso… Por no hablar del estilo: las palabras, frases, metáforas e imágenes que broten de tu mente difícilmente podrán brotar exactamente iguales de la mente de otro escritor.

Además, la creación literaria bebe de la experiencia y del subconsciente del escritor y, de nuevo, ambas cosas son únicas, como una huella dactilar que nadie más puede tener y que, desde luego, nadie podría reproducir.

A fin de cuentas, la escritura es un trabajo artesanal, la buena literatura no se produce de manera industrial. Y lo que caracteriza a la producción artesanal es que no da lugar a dos objetos iguales. Dos artesanos no harán de la misma forma una mesa; aún más, un mismo artesano no hará dos mesas iguales. Cada objeto será único. Y lo mismo sucede con la literatura.

De que, dada una misma idea, las posibilidades de ejecución son variadísimas dejan constancia las propuestas de trabajo del Curso de Escritura Creativa. En ese curso los alumnos tienen que escribir seis textos, seis pequeños relatos, basados en una premisa dada.

Cada quince días a los alumnos se les da una propuesta de escritura y deben desarrollarla, convertirla en un texto. Nunca salen dos textos iguales.

Cada escritor convierte esa idea en un argumento distinto, crea personajes diferentes para encarnarla, usa recursos distintos para plasmarla y le da su propio acento y sabor. La enorme variedad de esos textos es siempre sorprendente. Es algo que, edición tras edición del curso, nunca deja de resultar asombroso, grato, una muestra de lo maravillosas que son la creatividad y la literatura.

El Curso de Escritura Creativa solo tiene dos ediciones al año, pero si estás interesado en participar para conocer mejor cómo funciona un texto literario y aprenderlo de forma práctica, escribiendo, puedes unirte a la lista de espera y nos encargaremos de avisarte en cuanto se abra el plazo de inscripción antes de una nueva edición.

Puedes hacerlo en el formulario que encontrarás al pie de la página a la que llegarás siguiendo este enlace.

Qué hay detrás del miedo a que te roben las ideas

Como siempre que un miedo hace acto de presencia, lo adecuado es diseccionarlo y ver dónde tiene su origen. Es la única forma de valorar si ese miedo de verdad nos protege de algo o, por el contrario, nos está lastrando de algún modo.

El miedo a que te roben las ideas puede enmascarar algunos otros.

Puede darse el caso de que te sientas inseguro con respecto a tu capacidad para convertir esa idea en un texto solvente. De lo que tienes miedo no es de que alguien pueda quitarte tu idea, sino de que esa persona sea capaz de ejecutarla mejor que tú. Que sea capaz de escribir una mejor obra, en definitiva.

Vencer nuestras inseguridades no es sencillo, qué duda cabe. Pero tener confianza en que somos buenos escritores, en que tenemos un dominio adecuado de nuestras herramientas y los conocimientos precisos para manejarlas con acierto ayuda mucho. Conocer tus herramientas y aprender a usarlas puede ayudarte a superar el miedo: fórmate con el Curso de Escritura Creativa.

También puede darse el caso de que el miedo a que te roben tu idea camufle en realidad este otro miedo: el miedo a ser leído y enjuiciado por otros. Lo que temes no es que alguien lea tu relato y te lo robe, lo que temes es la crítica. Quizá prefieres creer que has escrito una gran obra, aunque nunca la vayas a compartir con nadie, que reunir el valor para entregársela a algunos lectores y correr el riesgo de tener que asumir que aún necesita trabajo, que quedan cosas por pulir en ella y a ti cosas por aprender.

Seguro que hay más casuísticas detrás del miedo a que te roben las ideas. Si lo sufres, detente a pensar con sinceridad qué es lo que en realidad te atemoriza. Nos encantará que compartas tus conclusiones en los comentarios, seguro que son muy esclarecedoras.

Miedo al plagio

Por supuesto, no hay que confundir el miedo a que nos roben las ideas con el miedo al plagio.

Como hemos visto, una misma idea tiene infinitas formas de materializarse, y eso hace que, a la postre, en realidad no sea «robable». Dos escritores no escribirán dos obras iguales, aunque sean fruto de una idea idéntica.

Pero otro es el caso de la posibilidad de que alguien tome una obra escrita, una obra finalizada y, sustrayéndola a su genuino autor, la haga pasar por propia. Eso no es robar una idea, eso es robar una obra, es un plagio, un atentado contra la propiedad intelectual.

Lo cierto es que, por suerte, el plagio no es tan común como muchos autores piensan. Pero existe. Y por eso un escritor prevenido debería siempre proteger sus obras contra robos y plagios. Mariana Eguaras te cuenta en su blog las distintas formas en que un autor puede proteger los derechos de sus obras.   

Ahora es tu turno: ¿tienes tú miedo a que te roben las ideas?, ¿te ha supuesto ese miedo algún inconveniente? ¿Te has parado a pensar si en realidad ese miedo está ocultando algún otro, latente? Cuéntanos tus impresiones en los comentarios.

Te animamos también a que te unas a nuestra comunidad de escritores. Todas las semanas te enviaremos nuevos artículos a tu correo, para invitarte con su lectura a conocer más sobre los recursos del escritor, ahondar en tu proceso creativo y reflexionar sobre qué es para ti la escritura.

2 COMENTARIOS


Otros artículos:

  • Pues yo reconozco que sí he tenido miedo a que me «roben» la idea de la novela que tengo en la cabeza. Estoy de acuerdo con lo que decís. Sin embargo, yo recomendaría a todos los creadores que no compartieseis demasiado vuestros proyectos, pero por otros motivos: en primer lugar, si hablas sobre ello estás generando unas expectativas y una corriente de pensamiento acerca de ti que, en mi opinión, no te beneficia; en segundo lugar, al compartirlo, tu mente ya está previamente disfrutando con lo que aún no has conseguido y, con el tiempo, irás perdiendo ambición por el logro real. Es mi opinión, y es lo que, creo, que a mí mejor me funciona. Un saludo a toda la comunidad.

  • Hola buenas noches desde Colombia, pensándolo bien tienen mucha razón , tal vez es el miedo a confrontarnos nosotros mismos, como escritores nóveles, pero creo que es un ejercicio necesario que debemos hacer. Muchas gracias por esos artículos tan valiosos.

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