De un tiempo a esta parte ha surgido, al calor de la web, un nuevo tipo de reseñas de libros: las vídeo reseñas. Realizadas por jóvenes lectores, conocidos como booktubers, son comentarios de libros hechos en un tono desenfadado y grabados en vídeo, para después ser publicados en plataformas como YouTube.
Su éxito está siendo arrollador. Incluso se convocó un concurso de vídeo reseñas con motivo de la celebración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. El fenómeno, que saltó de México a España, donde hay booktubers con miles de seguidores, sigue extendiéndose a otros países de habla hispana. Las editoriales, y también algunos escritores, han acogido con entusiasmo este nuevo fenómeno.
Booktubers como la mexicana Fa Orozco (Las Palabras de Fa) o el español Sebas G. Mouret (El Coleccionista de Mundos) buscan con sus vídeo reseñas compartir su pasión por la lectura y, a través de las redes sociales, conversar con otros lectores de los libros que les entusiasman. Lo que buscan, sobre todo, es generar un debate, interactuar, no solo recomendar libros.
El resultado son unas reseñas que rezuman espontaneidad y naturalidad. Y, por supuesto, muy personales. En ellas, los booktubers comienzan hablando de qué les ha impulsado a leer el libro (muchas veces es la recomendación de otro booktuber) y también suelen hablar de su reacción personal al libro: las emociones o reflexiones que la lectura les ha suscitado. Por supuesto, realizan un resumen de la trama. Y, además, también hay lugar para hablar de los aspectos literarios del libro, desde el manejo del lenguaje al desarrollo de los personajes.
Por lo general, las vídeo reseñas destilan entusiasmo, lo que resulta positivo si pensamos que son jóvenes apasionados por la literatura, sembrando su fervor a través de sus vídeos. Sin embargo, ya hemos hablado aquí del peligro del entusiasmo en la reseñas. Al tiempo, aunque estructuradas, las vídeo reseñas resultan algo caóticas. Los booktubers se dejan arrastrar por el momento, se interrumpen, cambian de tema, bromean… Y si bien es cierto que esa es la esencia misma de las vídeo reseñas, lo que les aporta su frescura, también es cierto que el análisis de la obra reseñada resulta muy somero. Aunque ellos se defienden: «No hacemos crítica, solo compartimos opiniones.»
Tal vez el tratamiento superficial de las obras leídas sea debido, precisamente, al carácter visual de las vídeo reseñas. Una booktuber argentina reconoce: «Comencé hace dos años a escribir reseñas en mi blog Cenizas de Papel. Después me aburrió escribir y empecé a mirar a booktubers de afuera.» Puede ser que lo que se echa en falta en estos vídeos sea, precisamente, el análisis y la reflexión pausada que promueve poner las propias ideas por escrito, más allá de un guion que recoja algunas pinceladas sobre una lectura.
En cualquier caso, los booktubers están aquí para quedarse y su entusiasmo por los libros y la lectura es contagioso. Y eso siempre es una buena noticia.