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Siete personajes estereotipados que no deberías incluir en tu novela

Estarás de acuerdo con nosotros: los personajes son fundamentales en una historia. Ya sea una novela o un relato, pertenezca al género que pertenezca, sin personajes no hay historia porque los personajes son la encarnación de tu narración.

Por eso no hay nada peor que crear un mal personaje que arruine todo el planteamiento de tu novela.

Lo que sucede es que, a veces, cuando escribes, conviertes a tus personajes en personas perfectas: la persona que tú quisieras ser, aquella a la que te gustaría conocer o, reconócelo, el/la que imaginas como pareja ideal.

Pero es que las personas no son así y sin los defectos, dudas y genialidades que nos hacen humanos tus personajes nunca pasarán de ser eso, personajes estereotipados. Y nunca se convertirán en representaciones del ser humano y sus problemas.

El error más común es crear un personaje que roza el estereotipo. Un personaje como ya se ha visto en miles de novelas antes. Y, lo que es peor, un personaje que ya de por sí tiene bastantes puntos flacos.

Vamos a repasar algunos de esos personajes estereotipados para que puedas reconocerlos la próxima vez que te sientes a escribir.

1. El personaje lleno de angustia

Un personaje atribulado, cargado de problemas, que parece llevar sobre sus hombros el peso de todas las penas de la humanidad. Su eterno dolor le impide disfrutar de la vida y, al final, acaba por resultar un muermo.

Este personaje suele ser muy joven (aunque es posible encontrarlo de cualquier edad), un muchacho en el principio de su existencia que, sin embargo, vive ya desengañado.

Piensas que sus tribulaciones van a conmover al lector, así que crees que cuantas más tenga más emoción.

Este personaje presenta varios problemas:

  • Se regodea en su tristeza y no hace nada por superar sus problemas. Es solo una marioneta sin fuerzas que se limita a lamentarse de su situación. Pero es que precisamente lo que quiere el lector es ver cómo se enfrenta a ella y la supera.
  • Sus problemas no son serios. En vez de buscar un único conflicto y poner con él toda la carne en el asador, lo divides en varios conflictos menores. De esta manera restas fuerza al problema y el personaje parece un bobo preocupado por nimiedades. Imposible que el lector se identifique con él.
  • Ha sido ya muy usado.

2. La mujer guapa que no sabe que lo es

¿Qué pasa, que tu protagonista no tiene espejos en casa? Sí, los tiene, pero está esperando a que el hombre de turno venga a descubrirle su belleza.

Este es un personaje usado con harta frecuencia en las novelas románticas, eróticas y chick lit. Puede que la primera vez que apareció en una novela tuviera su encanto, pero te aseguramos que ese encanto está ya muy desgastado.

Este personaje representa a una mujer cuya opinión de sí misma depende de lo que le diga un tercero, a poder ser masculino (aunque a veces es una buena amiga la que le descubre que con un vestido ajustado está de vértigo). ¿De verdad quieres que tu personaje femenino sea así?

Si lo que quieres es crear un personaje femenino al que no le importe su aspecto, hazlo. Puede ser consciente de su belleza, pero no darle importancia porque considera que tiene otras virtudes.

Haz que tenga otras cualidades aparte de su belleza. O incluso en lugar de la belleza. Haz que sea inteligente, divertida, exitosa… Las opciones son infinitas, así que por qué jugar la baza recurrente de la belleza.

Por cierto, mucho ojo con los tópicos sexistas que se cuelan cuando no miras.

3. El personaje involucrado en un triángulo amoroso

Ya sabes, el protagonista (hombre o mujer) cuyo corazón se encuentra divido entre dos amores.

Este tipo de tramas son por lo general fácilmente predecibles y dan lugar a los personajes estereotipados. Por ejemplo, la chica guapa y buena que se debate entre un buen muchacho con el que ya tiene una relación y el hombre no tan bueno pero aventurero y sexy.

Como acabamos de decir, estas tramas son bastantes predecibles y generan personajes estereotipados que se adaptan a ellas. Tú crees que no y que podrás darle a la tuya algún giro que le dé frescura y la haga original. De acuerdo, pero de antemano te advertimos que es muy difícil.

Si aun así quieres intentarlo, te damos un truco: haz que la elección sea más que decidir entre dos hombres (o dos mujeres). Haz que la elección no ataña solo a algo externo, sino que afecte hasta el tuétano a tu personaje, cambiándole a él mismo.

Por ejemplo, si escoge al hombre bueno partirá con él a África a trabajar en un hospital y dedicará su vida a los demás, porque él colabora con una ONG. ¿Está tu protagonista dispuesta a eso, a abandonar la comodidad de su vida occidental, a cambiar sus valores, a entregarse a los más necesitados?

Ese cambio profundo en tu personaje, la decisión trascendental que debe tomar y que afecta a lo más profundo de su ser y sus convicciones va más allá del archisabido triángulo amoroso y logrará atrapar a tu lector.

4. El Elegido

Este es un protagonista habitual en las novelas fantásticas.

Es un personaje predestinado desde hace eones para cumplir una difícil y peligrosa misión cuyo objetivo será salvar el mundo o a su gente.

¿Te suena? Pues claro.

Tenemos dos versiones de este personaje:

  • El humilde, que no cree estar altura de los acontecimientos porque a fin de cuentas no es alguien especial.
  • El especial, que es muy consciente de su papel y afronta el reto incluso con un poco de superioridad. A fin de cuentas es El Elegido.

Pues bien, en el término medio está la virtud. Si te decides a usar a este personaje como protagonista de tu novela, crea un personaje intermedio entre las dos versiones que acabamos de ver.

Haz que sea una persona normal y que vaya tomando poco a poco conciencia de su valor y de su capacidad para afrontar el reto al que debe enfrentarse. Ese cambio, que le hace asumir su responsabilidad a pesar del miedo y las dudas, es lo que despertará la empatía del lector. Tu personaje debe recorrer un camino de empoderamiento, aprender poco a poco que puede superar las adversidades porque, sí, es El Elegido.

5. El personaje con una familia horrible

Pueden ser sus padres, puede ser su esposa o marido, pueden ser sus hermanos. El caso es que tu protagonista tiene una familia horrible, casi demoníaca, que le hace la vida imposible. O que no le deja ser la persona que él quiere ser.

Para empezar, si su familia es tan horrible, lo lógico es que tu personaje también lo sea. Nuestras familias nos moldean más allá de lo imaginable. Es raro que con una familia tan deplorable tu protagonista haya salido buena persona, generoso y altruista.

El problema con este personaje, al igual que sucedía con el personaje lleno de angustia, es que los problemas a los que le haces enfrentarse son triviales.

A tu protagonista no le gustan las lentejas y su madre le hace comerlas todos los viernes. Perdona, pero eso no es un conflicto.

Si quieres que ese personaje tenga sentido busca problemas serios de verdad, que supongan un verdadero conflicto para que, al superarlo, tu protagonista se transforme.

6. El personaje femenino fuerte

Está de moda. Ya nadie quiere saber nada de las sensibles damiselas en apuros. Ahora gustan esas mujeres capaces de sacarse por sí mismas las castañas del fuego.

No es un mal personaje. Al contrario, puede dar mucho juego. Y es casi necesario que la buena literatura se pueble de ellos.

El problema con el personaje femenino fuerte es que está construido a base de contraponerlo con personajes débiles (masculinos o femeninos).

Si todo el resto de tus personajes son pusilánimes, claro que, por contraste, tu personaje femenino resultará fuerte. Pero no se trata de eso.

Se trata de que construyas un personaje fuerte de verdad para que, al enfrentarse a otros personajes fuertes, su fortaleza quede patente. Esa es la diferencia entre los personajes estereotipados y los personajes redondos.

Eso se logra desarrollando bien tanto su esquema ético y su escala de valores como sus objetivos. Ha de ser un personaje que sabe lo que quiere, pero también lo que está dispuesta o no a hacer para lograrlo. Y ceñirse a ello.

Ojo, no olvides hacerla humana: tiene que dudar, tiene que temer, tiene que amar. Es una mujer, no un robot sin sentimientos.

7. El personaje de pasado oscuro

Es un personaje con un enorme potencial. Hay algo en su pasado que condiciona su presente, pero el lector no sabe el qué y se muere por averiguarlo. Es casi imposible resistirse a meter un personaje así en una novela.

Pero este personaje suele fracasar porque es solo fachada. El secreto que oculta su pasado acaba por ser una nimiedad que hace exclamar al lector «¡Para eso no hacía falta tanto misterio!».

Si quieres usarlo, asegúrate de que lo que hay en su pasado tiene la suficiente importancia para haberle marcado y continuar afectando a su presente. No vale con que su novia le dejara.

También debes manejar muy bien la retención de información para ir desvelando el secreto poco a poco, dejando pistas que el lector pueda interpretar.

Mucho ojo con esto, porque si postergas demasiado el momento de descubrir el misterio que se oculta en el pasado de tu personaje, el lector puede haberse aburrido de esperar.

Además, así estarás creando expectativas y si el secreto de su pasado no tiene la suficiente importancia, el lector se sentirá defraudado cuando por fin desveles ese acontecimiento misterioso de su pasado.

Ahora ya sabes cuáles son algunos de los personajes estereotipados que tal vez se hayan colado en tus novelas. Recuerda que, como escritor, debería preocuparte el aportar algo nuevo. Y que, si prefieres apostar por lo ya probado, debes tratar de hacerlo bien.

¿Hay en tus novelas alguno de estos personajes estereotipados? ¿No sabes cómo librarte de ellos? Nos encantaría saber tu opinión sobre ello.

23 COMENTARIOS


Otros artículos:

  • Mi protagonista es la elegida y una mujer fuerte, pero no sabe lo que quiere ni tiene un proposito claro. Es la elegida por el bando de los malos y por una pequeña parte del de los buenos para destruir el mal desde dentro. Siempre leo en vuestros posts que los objetivos de los protagonistas deben ser claros y que les mueve una motivacion, así que me pregunto si se trata de un error de manual o si puede tener cabida que la prota vaya muy perdida y simplemente intente sobrevivir esa atención de ambos bandos mientras descubre su propia naturaleza.

    • Perdon por la intromision pero creo que no es algo malo que no sepa del todo que quiere siempre que tengas tiempo para poder darle el deesarollo necesario para aclararse, por ejemplo estar decidido a acabar con un grupo de gente como venganza por asesinar a su familia pero al ver a los hijos de los mismos comienza a dudar de si es lo correcto o a la inversa un eleguido optimista que se percata de que quizas o no esta preparado o que el mundo no es un cuento de hadas y que quizas solo sabe la mitad de la historia.

  • Lo siento, pero no concuerdo con su punto número 5. Creo que generalizan en que si una familia es mala, tú serás malo. Y están equivocados. Las mejores personas fluyen de las peores familias, porque muchas veces no quieren repetir el patrón o el daño que les hicieron a ellos. Y lo sé, porque mi papá es una de esas personas que ustedes llaman un «caso raro» donde dicen que no puede llegar a ser buena persona, generoso y altruista.

    Por favor, actualícense. No porque tu familia sea buena, tú lo seas, no porque tu familia sea mala, tú lo seas. Por favor, dejemos de catalogar lo que una buena o mala persona debe ser o cómo debería ser su pasado.

    • Concuerdo plenamente contigo.
      Puede ser que seas en la infancia alguien agresivo por influencia de tu familia y en la adolescencia o adultez puedas arrepentirte, en otro caso no es que la persona busque cambiar de moral sabiendo qué es lo mejor para él, mas bien, la misma persona ni siquiera podría saber qué es una buena ética social por ser un títere de la crianza de su seno familiar.
      Pero también es dependiendo del tipo de personaje deseas hacer, pues esto funcionaria en un personaje tridimensional o bidimensional, siendo su profundidad relevante, cosa que no ocurre en los personajes planos, sin embargo aun depende de como lo exprese el autor.

  • En mi historia tengo un poco del 5 y el 7, pero no realmente, no toda su familia era horrible lo que le permitió a mi protagonista aprender a ser mejor persona, y no es un pasado oscuro, solo es un tema del que no habla abiertamente, pero es un secreto para el lector.
    En general no creo que tenga estereotipos en mi historia, así que me hace dudar. No creo que mi historia sea realmente interesante (la escribí principalmente para mi misma porque quería una historia así), pero me sorprendió descubrir que no incluí estereotipos jaja.

  • Mi historia tiene algunos de estos pero ya me dieron una idea para arreglarlo ¿se podría usar de una manera diferente para no verse tal chicle..?

  • Yo tengo un borrador en el que el nº 4 está presente. Pero, no es otro protagonista, sino otro muy secundario, de hecho, se lo toma de manera cómica.

  • Hola que tal. Uno de los «estereotipos» que uso en mi historia es un giro de tuerca de El Elegido al cual he denominado como «El Escogido», alguien no profetizado para salvar al mundo sino que fue seleccionado por el «Azar del Destino» y que ahora le toca, si es merecedor de ello, cumplir con ese deber. Ahora bien, el planteamiento en si del personaje es que se trata de uno con el mismo nombre que tengo ya que de pequeño hacía anagramas con las sílabas de mi nombre completo y pues sonaban muy interesantes, y con el tiempo se transformaron en nombres de varios antagonistas, y para no quitarle el peso del significado de sus nombres que están ligados al protagonista, hice que éste mismo tuviera mi mismo nombre, lo cual un amigo que me ayudará a adaptar un cómic me comenta que es como una «autoinserción», pero mi punto es que el protagonista no soy yo, pero por motivos de argumento, debe tener mi nombre, entonces les pregunto, ¿qué tan permitido está o qué tan plausible es el hacer una autoinserción indirecta? ¿O qué tanto afectaría a la historia el hecho de que el protagonista tenga el mismo nombre del creador? Y otra cosa más, ¿les parece efectivo el giro que le di al estereotipo? Éstas dudas, aunque parezca meme, no me dejan dormir por las noches, y por ello me gustaría que me respondiesen y me ayudasen con ellas. Gracias de antemano, saludos.

    • En mi opinión si tan solo comparte tu nombre no es una auto inserción, así que no creo que pase nada. Y el giro al estereotipo me parece interesante, me gustaría leer tu historia cuando la publiques 🙂

  • Dios, he usado varios de estos…
    Pero igual intentaré darles su propio estilo y ya está.
    ¡Gracias por la lista!

  • Bueno en eso caso ¿Que personalidad debo ponerle a mis protagonistas de mi historia de terror y misterio? He estado planeando en hacer a uno inteligente pero igual sin mucha interacción social, responsable y de pocas palabras, y al otro muy carismático, sociable, sin preocupaciones y muy «callejero». Quiero que ambos tengan una transformación viable y lógica dentro de la trama.

  • ¿Que tan cliche es el personaje masculino que es un idiota solo porque quiere, esta bueno y lo sabe, se cree el hombligo del mundo, todo el mundo piensa que tiene el mundo a los pies, pero realmente no es asi porque es clase promedio, y es un pendejo »enamorado» de su mejor amiga que cuando lo conocio le dio en su madre por pendejo, pero al final trata de redimirse con una persona que se esta autodestruyendo por ese amor que siente por él desde que le ayudo a restar a los ocho años?

    • Hola, Laura:

      Más que cliché ese personaje es un arquetipo. Es decir, un personaje frecuente en la novela romántica.

      No hay nada de malo en usar arquetipos para basar en ellos nuestros personajes. Pero eso sí, trata de darle rasgos propios y de crearle una personalidad compleja y atractiva.

      Saludos.

  • Muchísimas gracias!!! Tus consejos han sido de mucha ayuda para mi novela! Has respondidos mucha dudas que tenía… 🙂

  • Genial, mi personaje tiene un poco de todos menos del 7, su familia no es horrible… No se si ponerme a llorar o reir, porque la novela está terminada y pendiente de corrección.

    • Muy bien visto, Cecilia.
      El personaje adinerado, o directamente rico, también suele ser un estereotipo construido a base de clichés. Por lo general se les presenta como personas egoístas, obsesionadas con el dinero y una vida espiritual pobre.
      Saludos.

  • Excelente aporte, tengo un personaje que se relaciona con el primero y el séptimo, respecto a lo primero modificaré al personaje para que se enfrasque en un verdadero problema, y a lo séptimo si que tengo planeado un buen secreto para que valga la pena el misterio…

    • Maykherescritor, puedes relacionar ambas cosas: hacer que el problema que atribula a tu personaje se relacione con ese secreto que ya tienes planeado.
      Gracias por comentar.
      Saludos.

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