Personajes estáticos, ¿los necesitas en tu historia?

Las buenas historias se construyen, en gran parte, gracias a los personajes. Por eso, para un escritor es tan importante comprender bien a sus personajes y los distintos papeles que estos pueden jugar en la trama.

Al hablar de personajes, casi siempre nos referimos a personajes dinámicos, aquellos que evolucionan a lo largo de la historia. Sin embargo, existe un segundo tipo de personajes, los personajes estáticos, que quizá puede interesarte incluir en tu narración.

En este artículo, exploraremos la diferencia entre personajes estáticos y personajes dinámicos, y veremos cómo usar a los primeros en tus historias.

Si quieres aprender todo cuanto hay que saber sobre los personajes y cómo construir los tuyos para que sean el corazón de tu novela, así como sobre el resto de los elementos que componen un buen texto literario no te puedes perder nuestro Curso de Novela.

Si quieres escribir una novela, pero no sabes por dónde comenzar; o bien si ya has comenzado a escribir para quedarte bloqueado sin saber cómo continuar, el Curso de Novela es para ti. Tienes una edición del curso a la que puedes unirte hoy mismo para empezar ya a trabajar en tu novela, pero con conocimiento.

El personaje estático frente al personaje dinámico

Corresponde comenzar por explicar en qué consiste un personaje estático y cuál es su diferencia con uno dinámico.

Un personaje estático es aquel que no cambia a lo largo de la historia. Sin importar cuántos avatares le reserve la trama, su personalidad y situación seguirán siendo al final de la narración como lo eran al comienzo.

Por su parte, el personaje dinámico es aquel que cambia y evoluciona a lo largo de la historia. A menudo, los protagonistas de la novela, cuando son personajes dinámicos, terminan la historia como personas diferentes a las que eran al principio.

Es decir, un personaje estático es aquel que no cambia a lo largo de la narración, mientras que los personajes dinámicos, por el contrario, experimentan cambios internos y/o externos significativos. Al final de la historia, los personajes dinámicos son diferentes de cómo eran al principio.

No hay que pensar, por otro lado, que el hecho de que los personajes estáticos no cambien con el transcurrir de la historia significa que son personajes peor trazados o que no pueden jugar un papel protagónico en la trama. Aunque un personaje sea estático debe estar tan bien trabajado como pueda estarlo uno dinámico, solo así aportará equilibrio e interés a la narración.

¿Personaje o trama?

La cuestión para decidir si debes decantarte por construir un personaje dinámico o uno estático estriba en saber a qué elemento quieres darle mayor preponderancia: al personaje o a la historia.

¿Qué está en el centro y tiene más importancia?, ¿el personaje o la peripecia en la que se ve envuelto?, ¿el personaje o la acción?

Si la historia que planeas se centra en las lecciones que el personaje aprende debido a lo que le sucede, al lector no solo le atraerá la acción, sino también ese viaje interno del protagonista. Deberás entonces construir un personaje dinámico.

Pero si la historia que planeas no se centra tanto en los personajes, sino que lo importante es la aventura en la que se ven inmersos y el mundo en el que esta sucede, no es absolutamente necesario que tus personajes evolucionen.

No todos los personajes o protagonistas necesitan haber cambiado para el final de la historia.

Tres ejemplos de personajes estáticos

Comprenderás mejor el carácter y el peso de los personajes estáticos con tres ejemplos: Alicia, de Alicia en el País de las Maravillas, James Bond, el protagonista de las novelas de Ian Fleming, y Sherlock Holmes, el famoso detective de Arthur Conan Doyle.

Cuando Alicia cae por la madriguera del conejo, la atención del lector se centra únicamente en el extraño mundo al que llega y sus igualmente extraños habitantes. Alicia no aprende nada sobre sí misma durante sus aventuras, es exactamente la misma niña al final de la historia que al principio, pero, para el lector, la diversión estriba en unirse a ella en el descubrimiento del insólito mundo del que la niña trata de escapar.

Aunque James Bond es el epítome del hombre de acción, en realidad es un personaje estático. Su personalidad, la esencia misma de su ser, nunca cambia a lo largo de ninguno de los libros (o películas). Pero si su esencia siempre es la misma —un agente secreto frío, sofisticado y conquistador— sus aventuras siempre son diferentes.

Algo similar sucede con Sherlock Holmes. Holmes es un hombre extremadamente inteligente y perceptivo, pero también algo terco y obsesivo (como bien sabe Watson), y lo será en todos y cada uno de los cincuenta y seis relatos y cuatro novelas que protagoniza. Los misterios a los que se enfrenta son distintos cada vez, y eso es lo que interesa al lector, pero Sherlock Holmes no transita por un arco de personaje.

Características de los personajes estáticos

Después de repasar estos ejemplos, podemos comprender las características de los personajes estáticos.

Ciertamente, no crecen como personas, rara vez aprenden nada nuevo y, al finalizar la historia, no son percibidos de manera diferente por los demás (ni por los lectores ni por el resto de los personajes). Pero esto no significa que no puedan ser personajes interesantes (como de hecho lo son Alicia, James Bond o Sherlock Holmes).

Por tanto, los personajes estáticos:

  • No son personajes planos. Un personaje estático no carece de profundidad, puede ser un personaje perfectamente desarrollado, con una personalidad nítida y compleja que matice la narración y lo que en ella acontece.
  • Pueden (e incluso deben) tener una personalidad nítida. Dado que en las historias que protagonizan lo determinante es la acción, lo que sucede, si los personajes no tienen una personalidad marcada corren el riego de diluirse y ser devorados por los sucesos. Sin embargo, sabemos que a los lectores nos importa a quién le suceden las cosas. De modo que para equilibrar la balanza es necesario que el personaje tenga una personalidad única, que descuelle y lo haga diferente del resto, como la extrema inteligencia de Sherlock Holmes o la increíble destreza de James Bond.

Si eliges como protagonista a un personaje estático, aunque no vaya a sufrir cambios importantes, asegúrate de darle una historia de fondo, una razón para ser como es, y asegúrate de que se mantiene fiel a sí mismo en todo momento.

De igual modo, si tu protagonista es un personaje estático asegúrate de que la acción sea verdaderamente interesante, pues sobre ella recaerá el peso de la historia y debe ser ella la que cautive al lector.

¿Necesitas personajes estáticos en tu historia?

Ahora que ya conoces mejor lo que son los personajes estáticos y cómo funcionan dentro de una narración, puedes empezar a plantearte si te interesa incluirlos en tu historia.

Para determinar si puedes servirte de un personaje estático como protagonista, examina, como ya hemos visto, cuál es el foco principal de tu narración: si el personaje o los sucesos. Si son los sucesos, la acción, los que priman, entonces puedes plantearte usar un personaje estático.

Pero incluso si tu protagonista debe ser un personaje dinámico, puedes utilizar uno o varios personajes estáticos como personajes secundarios. Para ello, pregúntate qué papel juegan en la historia.

Si son personajes secundarios que protagonizan alguna trama secundaria, probablemente te interese hacerles cambiar y lo mejor será que los construyas como personajes dinámicos. Pero no todos los personajes secundarios precisan crecer y desarrollarse a medida que avanza la historia, muchos no necesitan estar demasiado facetados ni completar un arco dramático. Con frecuencia los personajes secundarios pueden construirse como personajes estáticos.

Un personaje secundario estático puede ser una buena opción como mentor o apoyo del protagonista: un personaje de cualidades inamovibles al que el personaje principal siempre puede acudir.

También el antagonista puede ser un personaje estático, que se oponga al protagonista y cuyas ideas y personalidad no evolucionen o cambien a lo largo de la obra. Pero recuerda que, como ya vimos en este otro artículo, no toda obra necesita un villano.

En resumen, a la hora de armar tus personajes, dedica un tiempo a valorar si te interesa que sean dinámicos o estáticos. Sopesa cuál es el papel que jugarán en la historia, si la acción tiene más preponderancia que los personajes y si, por tanto, no hay tanto espacio para permitirles una adecuada evolución. Pero recuerda que, incluso si te decantas por personajes estáticos, debes trabajar su trasfondo y darles una personalidad interesante.

¿Cómo son los personajes de la historia en la que trabajas: estáticos o dinámicos? ¿Has creado alguna vez personajes estáticos?, ¿qué dificultades te presentaron y cómo las resolviste? Hay tertulia en los comentarios.

5 COMENTARIOS


Otros artículos:

  • Me gustaría dar las gracias por compartir este contenido aquí. Has hecho un muy buen trabajo. Por favor, continúe con su buen trabajo. ¡Buen día!

  • Gracias por compartir este artículo aquí. Honestamente, no sé mucho sobre los personajes de esta estadística. Y yo no soy un escritor en sí mismo. Siempre trato de recibir ayuda de otros si necesito contenido o artículos para la promoción de mi sitio web. Básicamente, contrato personas en línea que son buenas para escribir documentos, trabajos, redacción de investigaciones, redacción fantasma y muchos más. Este por ejemplo https://ejemplius.com/muestras-de-ensayos/diversidad/ ¿A qué te dedicas?

  • Nunca había pensado en personajes estáticos… pensaba más bien que esto era un defecto de la obra… Me gusta mucho que evolucionen mis personajes… sin embargo es cierto que esto no siempre es necesario. Vi Rogue One y los personajes me parecieron malísimos, realmente estáticos… sin embargo en Andor… Cassian toma fuerza!! ahora me doy cuenta que cambia el sentido de lo buscado…

  • {"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}

    Conviértete en el escritor que anhelas.

    ¿ESTÁS PREPARADO PARA EMPEZAR?

    Mejora tu técnica narrativa, dispara tu productividad, potencia tu escritura creativa y aprende cómo atraer a los lectores que quieres.

    Una vez que acabas tu manuscrito es momento de revisarlo y sacar a relucir todo su potencial, con una mirada externa y profesional.

    Transforma tu manuscrito en una obra impecable, con nuestra revisión ortotipográfica y de estilo que dejará tu original libre de errores y listo para enviar a una editorial o concurso.

    >
    Comparte esto con quien quieras